Estamos en Sudáfrica y antes de llegar a Port Elisabeth, el punto oficioso desde el que parte la Garden Route (oficialmente parte de la desembocadura del Río Storm), teníamos una asignatura pendiente importante: ir en busca de uno de los 5 grandes (Big 5) de la naturaleza, el león (los otros son elefantes, búfalos, leopardos, rinocerontes). En nuestro safari por el Kruger, a pesar de los varios intentos (dos días con nuestro coche más un safari al amanecer), fue imposible verlo. Se nos escurría. Ahora, nuestra última oportunidad antes de comenzar la tan ansiada ruta pasaba por visitar el Parque de Elefantes Addo. ¿Conseguiremos el objetivo?
Dormir en Addo Elephant Park
La razón primitiva de la constitución del parque fue para constituir un santuario para los pocos elefantes que quedaban en la zona. Hoy en día son más de 500 los elefantes que pueblan la reserva y, además, otros de cientos animales salvajes que campan a sus anchas.
En esta ocasión, para aprovechar la jornada de safari, optamos por dormir en el campamento principal del parque River Bend Lodge, en la puerta de acceso más cercana a la ciudad de Addo o Patterson por la R342). La otra opción es el Matyholweni Camp. Por 712 rands (50 euros) pudimos disfrutar de una cabaña de madera con todos los lujos: mesa para almorzar dentro, terraza con otra mesa exterior, ducha, cocina…
A la mañana siguiente, ya dentro del parque después de abonar 264 rands (19 euros) cogimos nuestro coche y nos dispusimos a la búsqueda del león, una vez más. Nuestros ojos eran solo para estos felinos, de hecho ya habíamos localizado en varias pizarras colocadas en los campamentos los lugares de avistamiento en los últimos días.
Las primeras horas fueron en balde. A diferencia del Kruger aquí la vegetación, por zonas, es menor (y más verde), y los animales para resguardarse se van lejos de las carreteras.
Animales salvajes en el Parque de Elefantes Addo
A falta de leones, al primer animal que vimos fue un sorprendente chacal. Cruzaba la carretera cuando todavía no hacía calor de vuelta, seguro, de una noche de caza. Tras él nos sorprendieron en un lado de la carretera un animal que sólo habíamos visto en la película «El rey león», un referente en todo el viaje, los suricatos (¡sí!, Timón). Junto a él, como en la cinta de Disney, había decenas de jabalíes salvajes (¡Pumbas!). También nos cruzamos con un grupo de cebras, a las que pudimos observar muy de cerca durante un buen rato.
Pero la tarde pasaba. Y a pesar de disfrutar de animales que no habíamos visto con anterioridad en el Kruger, del paisaje y de un almuerzo junto a las barbacoas de los sudafricanos (su deporte nacional tras el rugby), el esperado león no llegaba… La desesperación y la frustración, a pesar del auto convencimiento, nos invadía. Solo faltaba una hora y media para que las puertas del Parque de Elefantees Addo cerraran.
El rey de la selva
En una carretera de asfalto, al fondo, vimos un coche parado. Eso nos daba la pista de que algún animal estaría cerca. Podría ser un elefante, que a estas alturas todavía no habíamos visto, o algún antílope. No hacia excesiva calor, podría ser cualquiera. Cuando nos fuimos acercando el corazón nos dio un vuelco. Allí, a menos de cinco metros de la carretera estaba, imponente… ¡el león!
Junto a un arbusto descansa después de una caza segura. No sabíamos qué hacer: parar el coche, sacar la cámara, hacer un vídeo, intentar acercarnos más… Parecía que el animal salvaje iba a marcharse. Pero no era su plan. El rey de la selva se levantó. Con su gigante melena nos deleitó con una imagen soñada. Frente a frente a él. Su paseo, tranquilo y elegante, hacía que poco a poco nos enamoramos de este felino. Volvió a tumbarse (pueden llegar a dormir hasta 20 horas al día) y después a levantarse. Así durante una hora que, atónitos, nos la pasamos observándolo. Solos, o casi (al final llegó otro coche). Creo que si no hubiera cerrado el parque aún hubiéramos estado allí.
Nota: Y aunque el parque Kruger sea uno de los parques más grandes del continente y más populares, lo cierto es que en el Addo, muchísimo más pequeño de dimensiones y tamaño, es más fácil poder ver animales. Eso sí, en este ecosistema no encontrarás jirafas, ni hipopótamos ni rinocerontes. Lo suyo es visitar varias reservas.
¿Qué te ha parecido nuestro post sobre el Parque de Elefantes Addo? ¿Alguna duda? ¿Incluirías algo más para este viaje? ¡Cuéntanos! Estamos deseando leer tus consultas, propuestas y experiencias. ¡Deja tu comentario más abajo!
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Sorprendente ver en persona todos esos animales salvajes en su habita natural. Pero el león es sin duda el animal más hermoso.