Antillas Menores: nuestra ruta por 9 islas del Caribe más desconocido

Todo el mundo sueña con ir al Caribe, ese Caribe con exuberantes laderas verdes, playas de arena blanca y aguas turquesas, cielos soleados, tumbonas y cócteles junto a la piscina. Y todo el mundo sueña con ir a las islas de Cuba, República Dominicana, Puerto Rico o Jamaica, pero… más allá de los favoritos de los turistas, hay un mundo de islas caribeñas menos conocidas y por lo tanto menos masificadas. Te recomendamos aquí algunas de ellas que pertenecen a las Antillas Menores para que tus próximas vacaciones dejen de ser un anhelo. Vas a flipar.

Dónde están las Antillas Menores

La zona del Caribe continental abarca países tanto del sur, centro y norte de América cuyas costas están bañadas por el mar Caribe, y en el mar Caribe podemos encontrar más de 700 islas, arrecifes y cuevas de 28 países. Estas islas se dividen en tres grupos:

• El archipiélago de Lucayan, que incluyen las Bahamas y las Islas Turcas y Caico.
• Las Antillas Mayores están compuestas por Cuba, República Dominicana, Puerto Rico, Jamaica, Haití y las Islas Caimán.
• Y las Antillas Menores están formadas por los países de Antigua y Barbuda, Barbados, Dominica, Granada, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Trinidad y Tobago. El resto de islas de las Antillas Menores son territorios dependientes, principalmente antiguas colonias de países europeos (Francia, Reino Unido y Países Bajos) que aún hoy día pertenecen a los mismos.

Las Antillas Menores estás situadas entre las Antillas Mayores y el norte de América del Sur formando una media luna entre ambos puntos. Esta zona fue colonizada por distintas potencias europeas, que sumada a las culturas originarias del lugar, dieron como resultado una gran cantidad de idiomas e identidades.

Cómo llegar a las Antillas Menores

Para llegar a las Antillas Menores desde España, la única opción viable es tomando un avión a aquellas islas donde tienen un aeropuerto internacional, como pueden ser Aruba, Curazao, San Martin, Islas Vírgenes, Trinidad y Tabago, Guadalupe… o Martinica. Eso sí, desde nuestro país no hay vuelos directos, siempre vas a hacer al menos una escala.

De todas las opciones que valoramos, la mejor, sin duda, fue salir desde Sevilla, nuestra tierra, hasta París y de París tomar un segundo vuelo hasta Fort de France, la capital de Martinica, una isla dependiente de los franceses. Volamos con Air France, la aerolínea de bandera de Francia, y fue todo un acierto. Fue la primera vez que nuestro peque tomaba un avión tan largo (9 horas) y, aunque volábamos de día, se lo pasó en grande con todo el entretenimiento que había a bordo (comidas y snacks para niños, películas y series de animación, música, juegos individuales).

Por cierto, volar con compañías como ésta te hacen la vida más sencilla sobre todo cuando viajas en familia. Además de tener la prioridad, asegurada, a la hora de embarcar, hay un tiempo para atender a los niños, organizar el equipaje y cerrar el carrito ‘sin presiones’ en la pasarela de acceso a las aeronaves. Sin agobios. Un puntazo.

Cómo moverse por las Antillas Menores

Aquí tienes varias opciones y todo dependerá del tiempo y del dinero que dispongas. Debes saber que no todas las islas están conectadas entre sí, ni vía marítima ni vía terrestre, por lo que la posible ruta que tenías pensada se puede complicar. Sucede un poco como las Islas Canarias en España, a veces tienes que volar o tomar el ferry a las islas principales como Tenerife o Gran Canaria para seguir moviéndote por el resto de islas aunque estén al lado unas de otras. Es un atraso, pero es así.

• Las compañías aéreas tienen ofertas puntuales y, si se aprovechan, es posible volar entre islas por 60-80 dólares por persona. Pero no es lo más común.
• Entre algunas islas también es posible tomar un ferry, aunque esto no significa que sea barato. A veces sale más económico el avión. Para esto se necesita tener flexibilidad, porque no salen todos los días como nos gustaría.
• Siempre puedes hacer barcostop (el autostop de barcos) o trabajar en algún velero a cambio de comida, alojamiento y desplazamiento. Antes de tener a JJ nos lo hubiéramos planteado, ahora inviable si viajamos en familia.
• Y la mejor de todas las opciones: hacer un crucero. Te despreocupas de todo: de dónde comer, de dónde dormir y sobre todo de cómo desplazarse… porque la gran mayoría de las islas están conectadas de esta forma. Además, si haces las cuentas no es nada caro en comparación de si haces esta experiencia por libre. La vida en las islas del Caribe es costosa (no existe alojamiento barato en hostels o guesthouses; el couchsurfing funciona, pero no es suficiente; y los restaurantes tienen precios muy elevados; los lugares de comida rápida existen sólo en ciertas islas). En muchas de ellas tienen el sueldo mínimo de 2.000 euros. Así que imagínate. Nosotros lo pensamos mucho y somos conscientes de todo, pero para venir a esta parte del mundo… esta es la mejor alternativa de todas.

Nosotros reservamos un crucero con MSC e hicimos una ruta de dos semanas por Martinica, Guadalupe, Barbados, Granada, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Antigua y Barbuda, San Martín y Dominica, de las 9, 6 son países. Te hablamos de ellas a continuación, ordenadas según las fuimos visitando (en algunas repetimos).

Nuestra ruta por las Antillas Menores

Martinica

Esta gran isla pertenece a Francia, es una región ultramar de Francia,… lo que la hace sentir aún más lejana y exótica a medida que le das un buen uso a tus habilidades en francés y a tus euros. Los sabores y las arquitecturas criollas auténticas, las playas del sur, la abundante vida silvestre y las excelentes caminatas son los grandes atractivos.

Nosotros aterrizamos aquí en el Aeropuerto Internacional Martinica Aimé Césaire (FDF) con Air France y desde allí tomamos un fabuloso autobús que te lleva al centro en 40 minutos. Y es aquí, en su puerto, donde se embarca a los cruceros. En Martinica estuvimos tres días en total y para conocerla bien se necesita al menos una semana.

Lo más importante que ver en Martinica en 1 o 2 días es Fort de France (el parque La Savane, la Catedral de San Luis, el mercado, el Fuerte de San Luis, el paseo marítimo, la Biblioteca y el Museo Precolombino de Arqueología y Prehistoria), Les Trois-Ilets (desde esta zona se obtienen bonitas vistas a la capital y hay buenas playas; un buen lugar es Village de la Pointe du Bout), Les Anses D’Arlet (es la playa estampa que se ve en todas las publicidades), Memorial Cap 11o y le Diamant (estatuas de gran tamaño que rinden un homenaje a la abolición de la esclavitud), playa de las Salinas (es bonita, muy amplia y muy familiar) y Saint-Pierre (un pueblo bonito construido sobre las ruinas de lava; era la antigua capital y allí se encuentra el museo del volcán).

Para que te hagas una idea, en el sur de la isla se busca para ir a la playa, el centro es más cultural y el norte más naturaleza.

Guadalupe

Se trata de otra isla dependiente de Francia, es decir, aquella parte conocida como las Antillas francesas. Se habla francés, se paga en euros y hay Roaming como en Martinica. ¿Y cuales son los imperdibles que ver en Guadalupe?

En primer lugar su capital, Pointe-a-Pitre, donde estuvimos dos días. Allí tienes que visitar el Museo-Memorial ACTe que cuesta 25 euros, pero merece la pena; te haces una buena idea sobre todo lo relacionado con la esclavitud en esta zona del Caribe. No te olvides pasear por la calle de la Darse, entrar en la Catedral de St Pierre y St Paul, el mercado y la plaza de la Victoria.

La isla de Guadalupe tiene forma de mariposa y sólo nos dio tiempo a conocer una de sus ‘alas’, es decir, la zona que se llama Grande-Terre. Comenzamos la ruta por uno de los monumentos históricos de excelencia, la fortaleza Fleur d’Epée, de mediados del siglo XVIII. Desde su privilegiada ubicación sobre la ciudad costera de Le Gosier, esta imponente construcción fue de los principales escenarios de la Guerra de los Siete años entre Francia y Gran Bretaña. Desde allí se puede admirar uno de los islotes más fotografiados de Guadalupe: el islote de Gosier. Esta diminuta isla coralina, a tiro de piedra de la isla principal, está adornada por esbeltas palmeras y un encantador faro.

Al salir de Le Gosier, nos dirigimos a Sainte Anne, un pueblo artesanal con un agradable paseo marítimo. Allí está una de las playas más bonitas de Guadalupe. Antes de regresar hicimos una última parada en el cementerio. Sí, como lees. Aquí son súper fotografiados porque las tumbas están hechas de azulejos blancos y negros como si se tratarán de tableros de ajedrez. Los colores no son casuales. El negro representa el luto en Europa y el blanco en África.

Barbados

Y llegamos a Barbados, el primer país que vamos a pisar en las Antillas Menores. Aquí estuvieron los ingleses. Barbados desarrolló una economía basada en las plantaciones de azúcar, en las que trabajaban personas esclavizadas provenientes de África. La esclavitud en Barbados fue abolida en 1834 y el país declaró su independencia en 1966.

Dejamos el pasado de lado, para disfrutar de su presente. Barbados es una de las islas más polivalentes del Caribe. Algunos de los mejores hoteles de la zona se encuentran aquí, al igual que algunas de las mejores playas del mundo (todas accesibles al público). Además están los arrecifes circundantes, donde se puede nadar con tortugas, bucear con caballitos de mar y avistar ballenas en los meses de invierno. Barbados mola.

Si se busca un poco de aventura, en la Cueva Harrison se encuentra. Se trata de un magnífico fenómeno natural único en su clase, formada por un tipo de piedra caliza cristalizada en el corazón de la isla. Sólo se puede visitar a través de un tranvía eléctrico donde se verán, además de las diferentes cámaras con estalactitas y estalagmitas, arroyos burbujeantes, cascadas que caen en picado y piscinas de color esmeralda. Después, en el mismo recinto, puedes visitar Eco Adventure Park donde podrás tirarte en tirolinas y realizar varios recorridos desafiantes. Nosotros optamos por un plan más tranquilo en Flower Forest Botanical Garden, una verdadera joya natural, un refugio tropical donde habitan monos salvajes, majestuosos árboles de la selva y delicadas plantas autóctonas.

En el país de Rihanna, la famosa cantante internacional, la aventura también puede ser en el agua:

• En la playa de Brandons está el parque de atracciones acuático donde la diversión está asegurada para niños y adultos.
• El galardonado recorrido submarino Atlantis es una de las actividades más recomendadas para hacer en Barbados.
• Y luego también puedes optar por dar un paseo en catamarán con varias paradas de snorkel, donde se ven tortugas, y baños en playas paradisíacas. El almuerzo, snacks y bebidas están incluidas. Lo mejor es hacerlo con Tiami Catamaran Cruises, la flota más grande Barbados con 25 años de experiencia.

Nosotros estuvimos dos días en esta isla y la exprimimos al máximo. No te olvides de visitar la capital, Bridgetown, un imprescindible que ver en Barbados. Puedes dar un paseo por el casco histórico para ver edificios como el Parlamento, la plaza de la Independencia, algunos palacetes coloniales, el paseo de madera o la casa de Rihanna. Esta capital es la más bonita de todas las capitales que hemos visitado en las Antillas Menores. Es Patrimonio de la Humanidad.

Granada

Las 133 millas cuadradas del archipiélago de Granada están llenas de cascadas, aguas termales y selvas tropicales en las tres islas principales: Granada, Petit Martinique y Carriacou (cuenta con 1/3 de las islas Granadinas). Rodeado por 45 playas de arena blanca y 9 de arena negra, las islas son montañosas y están salpicadas de acres de árboles frutales y de especias.

El viaje comienza con un recorrido por la ciudad de St. George, la capital de Granada, de camino al Fuerte Frederikc, una fortaleza del siglo XVIII que ofrece vistas panorámicas del puerto. Está encaramado en lo alto de Richmond Hill y fue construido por dos naciones. Los franceses lo iniciaron en 1779 y los británicos lo terminaron en 1791, durante la revolución francesa.

Nosotros subimos hasta la fortaleza en uno de los autobuses criollos, los medios de transportes de la isla en los años 50. Colores vivos y bancos de madera.

Luego pusimos rumbo al sur de la isla en busca de otros de los imprescindibles que ver en Granada, tras subir y bajar numerosas colinas: Grand Anse Beach. Una playa espectacular de arena blanca y aguas turquesas. Si paseas un poco, en uno de los extremos verás el complejo Silversands Grenada, con una gran piscina infinita de 330 pies, que se dice que es la más larga del Caribe.

San Vicente y las Granadinas

¡¡¡Y es aquí donde llegamos a nuestro país número 100!!! Una cifra redonda y mágica, mágica para nosotros porque prácticamente conocemos la mitad del mundo (oficialmente hay 195 países). Ya lo hemos comentado en alguna ocasión, no se trata de una competición, no es una lista de nada, no es marcar un nuevo pin en el mapa… no. Celebramos todo lo que hemos vivido, crecido y aprendido en esos 100 países a lo largo de todos estos años caminando juntos. Nos sentimos muy orgullosos por ello.

Allí celebramos nuestra alegría, que, por desgracia, coincidió con la isla que menos gustó de todas las visitadas en esta aventura. Las cosas son así. Las playas que hay en San Vicente son de arena negra (pero no lo decimos porque sean negras, si no porque no están cuidadas y te decepcionan bastante), es una isla muy montañosa y con muy pocas infraestructuras.

Nuestra excursión comienza, como viene siendo habitual por aquí, por la visita a un fuerte para obtener las mejores vistas panorámicas. Se trata del Fort Charlotte, un antiguo fuerte británico de principios del siglo XIX, situado al oeste de Kingstown, la capital, y bautizado en honor de la esposa del rey Jorge III. Un imprescindible que ver en San Vicente.

Luego fuimos a visitar uno de los lugares donde se filmaron las películas de la saga ‘Piratas del Caribe‘. Saca la cámara en el pueblo de Wallilabou donde hay varios escenarios que reconocerás si has visto los films. Justo al lado visitamos una cascada, Dark View, y más tarde una playa, Buccament, donde pudimos darnos un buen chapuzón.

Quizá si hubiéramos visitado, Bequia, una de las 32 islas que conforman las antiguas colonias británicas de las Granadinas, con playas de arenas blancas y tranquilidad, nos hubiéramos llevado otra impresión de San Vicente. Le daremos una oportunidad.

Santa Lucía

El Caribe es sinónimo de lunas de miel, pero Santa Lucía los supera a todos cuando se trata de ofrecer romance. Aquí puedes agradecer el paisaje montañoso: cualquier habitación tiene vistas a las montañas Piton de 2.000 pies de altura, un sitio del Patrimonio Mundial de la UNESCO y tarjeta de presentación de la isla.

En Santa Lucía también se puede encontrar aventuras, con emocionantes tirolinas en lo alto del dosel de la selva tropical de Chassin o baños de lodo en Sulphur Springs, una cuenca geotérmicamente activa de aguas termales y fumarolas dentro del volcán inactivo Qualibou en Soufrière.

Al atravesar la ciudad de Castries, la capital de Santa Lucía, descubriremos el mercado tradicional, la basílica de estilo francés de más de un siglo de antigüedad y la plaza Derek Walcott, que lleva el nombre de unos de los Premios Nobel de la isla.

Otro lugares imprescindibles que ver en Santa Lucía por la costa oeste del país:

• Pueblos y miradores de la zona occidental de este país caribeño, como el mirador de Marigot Bay, un lugar que en el pasado vivió numerosas batallas entre británicos y franceses; o el pueblo pesquero de Canaries, que destaca por sus casas de colores.
• Soufrière, la antigua capital de Santa Lucía. Nos remontaremos al siglo XVIII para recordar cómo fue fundada por los franceses e indagaremos en sus vínculos con Napoleón.
• Senderismo por The Tet Paul Trail y allí visitaremos la cascada de Toraille, de 15 metros de altura.
• Si cae en viernes para en Anse La Raye, un pueblo pesquero muy pintoresco que hacen los ‘Seafood Friday’.

Antigua y Barbuda

Esta sí. Esta es nuestra isla favorita de todas las visitadas en las Antillas Menores. Con 365 playas para elegir, esta antigua colonia británica todavía trata el cricket casi religiosamente y es conocida como uno de los mejores lugares para navegar en el Caribe.

La isla de las Antillas inglesas, en realidad, se compone de tres islas: Antigua, Barbuda y Redonda. Pero esta última es una roca volcánica diminuta, irregular y deshabitada. A nosotros sólo nos dio tiempo a recorrer la primera, Antigua, comenzando por su capital St John’s (Catedral, museo, mercado, Redcliffe quay, la Casa de Gobierno).

Mientras viajamos por Antigua podemos ver la fértil vegetación que se muestra al borde de la carretera, las bellas vistas y el abundante paisaje tropical. Nos dirigimos a Nelson Dockyard (museo de los astilleros), que forma parte del Parque Nacional Nelson’s Dockyard, en el que se encuentra también Clarence House y Shirlye Heights, y es Patrimonio de la Humanidad. Aquí se organizan numerosos eventos de vela y yates.

De camino a Blockhouse, un pequeño fuerte que fue utilizado por soldados británicos, haz una parada en Shirley Heights, un mirador que te quitará el hipo y un imprescindible que ver en Antigua. Y termina el día con un buen chapuzón en la playa Dickenson. Aguas prístinas, arena como la harina, palmeras, y con una cabina roja como las de Londres a pie de orilla.

San Martín

San Martín, Saint-Martin o Sint Maarten, es una isla perteneciente a dos países: Francia y Países Bajos. Hay dos hospitales, dos policías, dos universidades, dos idiomas, dos estilos, dos de todo… todo multiplicado por dos. Nadie lo entiende pero al mismo nadie quiere cambiar. La capital francesa es Marigot y la capital holandesa es Philipsburg (el crucero atraca en esta última).

No es el principio de un chiste. Es la forma en que se dividió la isla en su día cuando se firmó la paz. Como no sabían dónde establecer la frontera, pusieron a un soldado francés y otro holandés en un mismo punto de la isla y les dijeron que tenían que rodearla perimetralmente cada uno por un lado. Cuando volvieran a encontrarse, se fijaría la frontera siguiendo esa línea. Hay más territorio francés que holandés. De esto y mucho más puedes informarte en el Emilio Wilson Museum.

La isla cuenta con numerosas y extensas playas donde pasar unas agradables jornadas, pero destaca una por encima de todas que se ha hecho muy popular en las redes sociales: la playa de Maho. ¿Y por qué? Porque justo al lado está la pista de aterrizaje del aeropuerto e impresiona ver a los grandes aviones aterrizar. En las fotos puedes ver que casi los tocas con las manos. Pero aún más impresiona el despegue. El fuerte viento que ocasiona parece que estás metido en medio de un huracán. No es un plan válido para ir con bocatas… ni para los niños…

Dominica

Y llegamos a Jurassic Park… Este diminuto y humilde país es una maravilla de la naturaleza. El 85 por ciento de la misma es bosque tropical y adentrarte en ella es como si estuvieras en la misma película de Steven Spielberg. Aunque nos faltaron los dinosaurios 😉

Las caminatas a través de las selvas tropicales las recompensas con la oportunidad de nadar en cascadas, como las de Trafalgar, observar aves tan raras como el loro verde y azul de Sisserou, y observar (con cuidado) el acertadamente llamado Boiling Lake (el interior de la isla es un brebaje de burbujas de actividad geotérmica). Todos ellos imprescindibles que ver en Dominica.

Los buzos también ven a Dominica como un destino de aventura. La reserva marina de Soufriere/Scotts Head, dentro de los límites de un cráter volcánico sumergido gigante, ofrece desniveles, pináculos y fumarolas.

También las tranquilas aguas que rodean el país la requieren en uno de los mejores lugares para bucear en el mundo. El paisaje marino con los colores del arco iris se ve mejor en Champagne Reef; el arrecife comprende acantilados que caen en picado, imponentes formaciones volcánicas y los restos de un naufragio español del siglo XVII.

Y termina la jornada con un paseo por Roseau, la capital y el lugar donde vimos un parque infantil impresionante para JJ. Se lo pasó pipa con los niños caribeños llenos de trencitas, coquitos y rastas.

Comida típica en las Antillas Menores

Como venimos comentando, las Antillas fueron colonizadas por diferentes países europeos. Esto ha supuesto una marcada influencia de diferentes culturas tanto en su vida cotidiana como en su alimentación. Todas tienen en común que es posible encontrar una enorme variedad de frutas y verduras. Asimismo, encontrarás platos que incluyen carnes, pescados y mariscos. Por supuesto, los frijoles y otras legumbres son uno de los ingredientes básicos.

Estos son algunos de los platos más populares en las Antillas: Accra (buñuelos de pescado), tostones (rebanadas de plátanos fritas), mofongo (plátano frito relleno de carne), arroz congrí (arroz con alubias), bistecs, sancocho (estofado de carne con cereales), quipe (albóndiga de ternera), bacalao con la fruta akí, chatrou (estofado de pulpu) y/o cochifrito (carne de cochinillo marinada).

Cuándo ir a las Antillas Menores

El invierno y la primavera de América Central (de diciembre a abril) es la temporada alta de las islas, y es comprensible que así sea: el clima cálido se mantiene constantemente. Junio ​​marca el comienzo de la temporada de lluvias y en otoño llega la temporada de huracanes.

Curiosidades sobre el Caribe

• Un dato llamativo: solo el 2% de todas estas 700 islas está habitado por el hombre.
• Cuba es la isla con mayor superficie del Caribe, con 109.884 kilómetros cuadrados en total. Le siguen la Española (República Dominicana + Haití) y Jamaica, mientras que Bahamas es el país que más cantidad de islas abarca.
• El país más visitado es República Dominicana, con más de 6 millones de turistas anuales. En segundo puesto se encuentra Cuba, con 4,7 millones de viajeros internacionales por año; y en tercer puesto está la isla de Jamaica, con algo más de 2 millones de personas.
• En el Caribe se hablan idiomas como el español, inglés, francés, holandés, haitiano, lenguas criollas y papiamento.
• Desde el siglo XVI, las Antillas Menores fueron colonias de paí­ses como España, quien fue la potencia dominante en toda esta región, sin embargo, su escaso interés en conservarlas, motivó que ingleses, franceses y holandeses pudieran conquistarlas sin mayores problemas. Los españoles apostaron por las Antillas Mayores.
• En la actualidad es una importante zona turística en la que se deja apreciar el desarrollo tanto cultural como social en muchos de sus paí­ses y territorios dependientes.

Nos faltó por visitar en las Antillas Menores

De esa media luna que forman las Antillas Menores nos faltó por visitar el país de San Cristóbal y Nieves. Por lo que nos contaron, esta nación de islas gemelas está llena de encanto y nos dio mucho coraje. St Kitts, que así se conoce también a San Cristóbal, se explora mejor primero en un tren al aire libre a lo largo de la costa sur (el único ferrocarril en funcionamiento en el Caribe). Nevis, la otra isla, a 20 minutos en ferry, es casi perfectamente redonda con suaves pendientes que se elevan hasta la cima de su volcán inactivo. La exuberante belleza natural y las atracciones históricas son los sellos distintivos de este Estado.

También nos faltó Aruba, Bonaire y Curazao, conocidas por las islas ABC, y pegadas a Venezuela, con una enigmática influencia holandesa en la comida, el idioma o la arquitectura colonial, además de sus playas de arena blanca y submarinismo de calidad. Con San Martin nos hicimos una pequeña idea de cómo se vive en las Antillas holandesas.

Y nos hubiera gustado echar un vistazo a este otro país, a Trinidad y Tobago, también cerquita de Venezuela y mucho más grandes que las anteriores, pero la dejamos para otra ocasión, porque estamos seguro de que volveremos por aquí.

Mapa de las Antillas Menores

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