Vacaciones en las Islas Griegas y Atenas

Si la sempiterna es si fue antes el huevo o la gallina, lo que está claro es que para esa época Atenas ya llevaba varios siglos dándole forma a la civilización. De algo les sonará los conceptos música, lógica, arquitectura o la tan denostada democracia; todos tuvieron sus inicios en la antigua Ática. Grecia es un país maravillo, con una gastronomía mediterránea exquisita, unos paisajes marítimos increíbles y una gente de los más cálida y abierta. Todo un paraíso para pasar unas buenas vacaciones recorriendo el país. Comienza aquí, nuestras vacaciones en las Islas Griegas y Atenas.

Vacaciones en Atenas, capital histórica de Europa

Qué ver en Atenas 

Los días en la capital en la temporada estival empiezan, obligatoriamente, al alba. Las altas temperaturas (alcanzan los 40 ºC) junto a la humedad, hacen de la visita casi una tragedia griega. No es ninguna locura, por tanto, empezar el recorrido a las 8 de la mañana para ser el primero en entrar y visitar los monumentos con un poco más de calma no es ninguna mala idea.

Acrópolis

Un viaje a Atenas se justifica tan solo con esta visita que tiene su momento culmen en el Partenón o Templo de Atenea Virgen, o lo que es lo mismo, el máximo exponente artístico de la Grecia Clásica.

El acceso son 12 €, también incluye entrada al Ágora, Olimpeion, el Teatro de Dionisio, entre otros. Si decides visitarlo en domingos la entrada es gratuita pero por lo tanto la afluencia de gente se multiplica. Pero si lo visitas sin haber leído nada antes es como no ver nada, por eso te recomendamos esta visita guiada por los principales atractivos de la capital y, por supuesto, la Acrópolis.

Templo de Efeso

Aunque pudiera parecer que ahí acaba la visita a la ciudad, nada más lejos de la realidad. No siga a la manada de autobuses turísticos que harán creer al turista que todo empieza y acaba aquí. Muy cerca, en el Ágora, lo que fue el centro de la vida pública, se encuentra, por ejemplo, el Templo de Efeso, el mejor conservado del mundo griego clásico.

Plaza Syntagama

Después de tanta «piedra», que aunque no lo parezca también cansa, se puede pasear por una de las céntricas plazas de Monastiraki o Plaka y ver el diario de los atenienses hasta llegar hasta la Plaza Syntagma, el corazón de la urbe.

Estadio Olímpico

Atenas es sinónimo de muchas palabras, también de Olimpiada o Juegos Olímpicos, que por cierto no son lo mismo. Para la gente en general y para los amantes del deporte en particular, una visita al Estadio Olímpico (3 €, pero no es necesario acceder porque desde fuera se ve todo el recinto), es obligada. Los primeros Juegos de nuestra época (1896) se celebraron aquí y en este mismo espacio se situaba el originario edificio construido en el 335 a.C.

Omonia

Por la tarde se puede visitar la zona de Omonia (Ayuntamiento), pero esto último (siempre contando con una jornada de visita)

Monte Likavitos

Merecen la pena recorrer los 227 metros que marcan el paraíso desde el que se divisa Atenas. Se puede llegar a pie o pagando 7€ para llegar en funicular.

Qué comer en Atenas 

Y para rematar el día, empezamos con la gastronomía griega a probar platos típicos del país, otro concepto que inventaron los griegos: tzatziki (yogurt fresco con pepino y ajo), ensalada griega con queso feta y moussaka (berenjena rellena de carne picada y con bechamel, todo esto  en el Alexander the Great Greek Restaurant. Una buena primera toma de contacto con la cocina de Atenas.

Otra buena opción para comer comida casera griega a buen precio es el Atitamos, un sitio acogedor con buena calidad precio.

Dónde dormir en Atenas 

Después de un viaje y llegada a la ciudad, descansaremos en nuestro correcto y económico Hotel Crystal City, una de las mejores opciones si tenemos en cuenta el baremo de la calidad/precio en una ciudad que está atestada de buenos y malos hoteles.

Otra buena alternativa económica y cerca del centro es el Athens Mirabello, un hotelito ofrece habitaciones amplias equipadas y con vistas al Acrópolis. El lugar perfecto para descansar después de un día largo y caluroso de turismo por la capital griega.

Cómo llegar a Atenas

Para llegar a Atenas desde España (julio 2011), la mejor forma de hacerlo (y normalmente la más barata) es volar con «Vueling» desde Barcelona. También podéis comprar vuelos con otras compañías pero a nosotros esta compañía es la que nos resultaba más barata. Eso fue precisamente lo que hicimos, arrancar de forma “mediterránea” nuestro viaje antes de llegar a Grecia. Con unos viejos amigos de aventura, Enric y Suso, compartimos Diagonal, Gaudí, Gracia, cervezas y risas.

El feliz pero siempre incómodo «Vueling» llegó a la hora prevista. Desde el Aeropuerto Internacional Eleftherios Venizelos.

Cómo llegar del aeropuerto al centro

Hay tres formas de llegar al centro (plaza Syntagma):

• Metro (8 €), funciona bien pero no te desesperes con la señalética ya que probablemente verás antes la griega que la versión inglesa. Puedes tomar la línea 3.
• Bus (6 €). Circulan todos los días, incluso los festivos. Puedes tomar la línea X95.
• Tren (10€). Cada treinta minutos hay uno todos los días y el trayecto son 40 minutos. Hay un servicio que enlaza el aeropuerto de Atenas con la estación central de Atenas de ferrocarril (Larissis Station) y también la de Acharnai
• Taxi (no más de 35 € en horario normal). Precios estratosféricos a los que, suponemos, debemos achacar a la tan visible crisis que sufre este país y que de alguna manera de salvación se repercute al turista.
• Transfer privado. Siempre será la opción más cómoda, aunque no la más barata si no se va en grupo, pero te llevarán de puerta a puerta.

Alrededores de Atenas

Puedes visitar Delfos, una de las ciudades más famosas del mundo antiguo y uno de los destinos más populares de Grecia en la actualidad por la mitología y la historia griega. También puedes hacer una excursión a Meteora, para descubrir uno de los paisajes más sorprendentes de la Tierra (¡ya nos contarás!).

Si quieres conocer más sobre la Grecia Clásica puedes hacer viaje al pasado por la Argólida, la provincia más interesante del Peloponeso, como Corinto, Epidauro y Micenas.

Disfruta de un atardecer diferente con una escapada a Cabo Sunión, donde se encuentra el majestuoso Templo de Poseidón, situado estratégicamente junto al mar.

Islas Griegas, vacaciones de ensueño 

Cientos de islas salpican el territorio insular griego (en concreto, Grecia cuenta con 6.000 islas, de las que algo más de un centenar están habitadas). Por tiempo, solo podíamos elegir dos, ambas en las Cicladas. Tal vez decir eso es poco para situar en el mapa, pero si hablamos de que entre ese conjunto de islas que baña el Mar Egeo está, por ejemplo Santorini o Mykonos, la cosa cambia.

Santorini

En el sur de este conjunto se encuentra una de las islas más famosas del mundo, Santorini, que se distingue del resto por su especial morfología que se debe a la acción de un volcán hoy en día extinguido.

Cómo llegar a Santorini desde Atenas

Para llegar hasta ella en verano hay ferrys diarios desde Atenas y otras islas. Puede consultarse los horarios, que varían mucho, así como los precios, entre 35 y 65 €, en Fantastic Greece, la compañía con la que viajamos nosotros, aunque más.

Para ello, tienes que coger el metro que te lleva hasta la zona porturaria de Atenas. ¡Cuidado! A JP le intentaron robar la cartera dos veces en el metro, una a la ida y otra a la vuelta. Encima, nos dijeron que les dejáramos en paz, que «estaban haciendo su trabajo…». ¡De poca vergüenza! Por esto, te recomendamos siempre que viajes seguro con tu seguro de viajes.

Hay excursiones que podrás contratar de dos días que te llevarán a conocer la isla de Santorini desde Atenas sin que te tengas que preocupar por estas cuestiones, sólo de disfrutar.

Qué ver en Santorini

La capital de la que dicen fue la antigua Atlántida es Fira o Thira. Allí la vida es bulliciosa, desordenada y maleada. Hay que intentar huir a la esencia de Santorini, bien en bus público o alquilando un coche, moto o quad (nunca en el Puerto, mejor en el pueblo). Ésta no es otra que un pequeño pueblo situado al norte que es, para resumir, la idea que todo el mundo tiene de las islas griegas.

Todas las fotos que están en las guías, de hecho, están hechas disparadas desde estas callejuelas encaladas de blanco isleño y azul de mar; los atardeceres, dicen uno de los mejores del universo, también se disfrutan aquí de otra manera; la tranquilidad, una vez pasada la marea humana que viene para ver el ocaso.

Aparte de estos, los demás pueblos se quedan en nada y solo restan sus playas. Para empezar, pongamos por caso, en el norte de la isla, Kolumbus.

Si volvemos a hablar de pueblos, en Oía se acaba Santorini, pero la isla tiene algún que otro aliciente más aparte de sus playas, sobre todo en forma de conjuntos arqueológicos. El principal es el de Akrotiri, uno de los más importantes del país, y el de la antigua Thera, otra capital. Junto a éstos, y teniendo en cuenta que el calor achicharra en estas latitudes, otra alternativa al sol y a la playa es subir al Profitis Ilias, el monte más alto de la isla.

Después, lógicamente, están sus playas. Las hay para todos los gustos: únicas, como la Red beach; superpobladas por turistas, como las de Kamari; con gente y servicios pero menos en Perissa; o más tranquilas como la de Eros (zona de Vlichada). En esta ruta, como complemento culinario, ofrecen buen pescado fresco a un precio decente en Georges (faro) y Psaraki (zona Akotiri).

Por única, elegimos la Playa Roja. Bajo una acantilado de arena roja descansa una pequeña cala que contenta a todos con sus aguas transparentes y enormes guijarros, no aptos para juegos con amigos.

Más allá de las particularidades naturales, es un señor bien entrado en años la gran atracción de este rincón. En su cesto de mimbre trabajado a mano lleva grandes tajos de melón y sandía delicadamente cortados para refrescar a los bañistas, que como diría aquel, ¡se los quitan de las manos!

Si lo prefieres, para disfrutar de estos maravillosos paisajes hay excursiones que visitan Akrotiri, Oia y la playa Roja. Todo muy bien organizado y así no te dejarás nada en el tintero.

Dónde comer en Santorini

Saberse bien alimentado y disfrutar de ello es una máxima mediterránea que por supuesto en Grecia llevan a gala desde primera hora de la mañana. Nuestro desayuno griego solía ser tostadas de paté de aceitunas trituradas, queso feta para untar, fruta, y como no yogurt griego. Un buen chute de energía para comenzar el día.

Para comer, nos cuadro en Oia y probamos en el Restaurante Kyprida. Deliciosa comida griega casera a buen precio y con unas vistas espectaculares. A destacar los pescados a la brasa y la musaka. Un rincón con encanto para volver siempre.

Llego la hora de la cena y volvimos a probar suerte en otro restaurante de comida griega y es que comer mientras viajas y probar las comida típica del lugar es una gran necesidad y a la vez un pequeño placer de la vida. En esta ocasión cena a la luz de las estrellas y sabor de una buena mesa en el restaurante Melitini, un lugar pequeño pero intimo y con unas vistas increíbles. ¡Qué aproveche!

Dónde dormir en Santorini

Ahora es tiempo de relax en nuestro hotel, Heliophos, en Finikia (1 km. De Oía), un conjunto bello de casitas con terraza y vistas al mar regentado por Sofía, una francesa que pasa seis meses trabajando aquí y otros seis meses viajando. De mayor quiero ser como ella.

Otra opción de alojamiento en esta isla, de los muchas opciones que hay, puede ser el Finikia Memories Hotel, un pequeño hotel con encanto regentado por una familia y que además cuenta con piscina para relajarte en ella los días de intenso calor. Además las instalaciones cuentan con una azotea con una vistas impresionantes.

Mykonos 

En las Cícladas tenemos otra parada prevista, Mykonos. Famosa por tantas cosas, esta isla es, sin duda, la más conocida de Grecia. La historia fue sencilla. Un día, unos señores extraños vestidos con camisetas sin mangas, pantalones cortos, chanclas y la cartera llena de dracmas, llegaron a este reducto insular donde habitualmente viven 10.000 almas. Éstos alabaron las bondades de Mykonos a su vuelta a otros seres extraños y otros parecidos vinieron a ver si era cierto. Así sucesivamente hasta nuestros días. Una camino de ida que no ya no tiene marcha atrás. Ese día a la vez que renacía la isla comenzaban a matarla

En los 75 kilómetros cuadrados conviven, a pesar de los tópicos, lugareños, batalleros turistas y lujosos visitantes, sin que esto sea problema. Igual puedes ver un «Ferrari» por sus cuestas que un humilde quad sin fuerzas. Igual puedes comerte un magnífico bocata en algunas de sus playas que tomar algo para ser vistos en una terraza con precios desorbitados (una yogurtería artesanal, por poner un ejemplo distinto, cobra más de 1.000 euros el kilo de este producto, a euro y pico el gramo, oiga).

Qué ver en Mykonos

Pero por encima de clases turísticas, Mykonos es naturaleza y bellas estampas de playas que se colapsan en las retinas. Hay para todos: Ornos (familiar), Psarou (VIP), Paraga (aguas caliente), Super Paradise (homosexual), Paradise (fiesta), Agrari (con servicios pero tranquila), Kalafatis (submarinismo), Panormos (natural) o Ag. Sostis (el paraíso).

Para el que acabe con sobredosis de arena, el pequeño oasis está en el pequeño pueblo de Ano Mera, que cuenta con un monasterio que es la excusa perfecta para el ratito cultural.

Y no se me olvida, la capital, mejor de noche, con todos los actores de la película y el decorado listo. Es demasiado perfecta, con sus calles elegantes de un blanco impoluto, las olas rompiendo en sintonía con las mesas que prácticamente se amontonan sobre la espuma del mar, las chicas que reparten la publicidad de las discotecas con la tetas bien puestas… termina aburriendo.

El días que volvíamos a Atenas, nos levantamos temprano y nos dio tiempo de visitar una pequeña cala que hay junto a la playa de Ag. Sostis. Era temprano, las 9.30 h, aunque ya llevaba tiempo calentando Lorenzo. El mar estaba movido pero transmitía calma. Nosotros y los peces, no había nadie más. Era una sucursal del paraíso en la tierra y, por supuesto, tiene bar, el del bueno de Kikis; el más auténtico de toda la isla, con sus hojas de parra, sus mesas añejas, el pescado recién cogido y un servicio escueto (de 12 a 19 h), como me gusta a mí, hasta que se acabe el género fresco.

Qué comer en Mykonos

Rodeados del lujo, nos toco la hora de comer, pero nuestra tarjeta no nos da para champagne reconstruido con caviar confitado y optamos por productos locales: gyros (una especie de kepab) y el plato nacional, el sovlaki (similar a nuestros pinchitos)… pero en Mykonos.

Estas delikatessen baratas griegas, pueden degustarse en muchos establecimientos, nosotros lo hicimos en el Sakis Grill House, un fast food al estilo griego.

Dónde dormir en Mykonos

Tenemos tiempo para un delicioso desayuno con vistas al mar desde nuestro Hotel Olía (el auténtico era el Maki´s Place, igual pero familiar, pero había overbooking) y una escapada rápida al paraíso.

Cómo llegar de Mykonos a Atenas

El ferry que nos lleva de vuelta a la capital sale a las 14.15 h desde el nuevo puerto (ojo con esto que el nuevo está bastante separado aunque los griegos los unen cuando les place en autobús).

Deberíamos de haber ido a la isla de Delos (barcos diarios desde la capital), una de las ciudades más importantes de la antigua Grecia, pero nuestro ferry de la compañía Blue Star nos esperaba.

Empezaba la cómica odisea ni escrita por Javier Gurruchaga. Para viajar barato hay que elegir la clase económica y con ella no se tiene garantizado el asiento (lo ideal es llegar al puerto con tiempo para ser los primeros), aunque sí el entretenimiento. Los tiesos tienen que buscarse la vida en sillas de plástico mal puestas en los pasillos, en los bancos colocados sin orden en la cubierta o en los cotizados sillones del bar.

Hay que ser rápido y luchar con griegas castizas por el mejor sitio. Ellas peinan canas y a la vez experiencia en estas pequeñas batallas, y como la octogenaria que me tocó al lado, sin preguntar, te quita la mitad de tu asiento, eso solo los primeros cinco minutos.

Después llega el de los “mostachones de Utrera” al estilo griego, una especie de textura de chicle elaborado con huevo y recubierto de oblea. Eso para el que quiera porque los pasajeros llegan bien provistos de comida. Hasta 20 sovlakis (como nuestros pinchos de cerdo) se metió entre pecho y espalda mi vecina de mesa. ¡Una barbaridad! Poco tiempo más tarde, a la hora de la telenovela, se sube el volumen de la Tv y se para el tiempo… hasta que el llanto de un niño que se ha perdido lo rompe.

Hasta llegar todavía quedará algún capítulo más en este particular camarote de los “Hermanos Marx Papaulos”. Y al llegar al puerto del Pireo (Atenas), no se relajen. Los carteristas tienen un horario amplio y una destreza inusitada, e incluso saben español. Como a la ida ya tuve que sufrir el intento de robo, a la vuelta me permití el lujo hasta de hablar con ellos. No hay manera de combatirlos, tan solo estar bien despiertos y dejarles claros que vosotros también venís de vuelta.

Otras islas que puedes visitar

Si te has quedado con ganas de más, te recomendamos otras islas que para nosotros son imprescindibles.

Paros

Paros también se encuentra en el conjunto de las Ciclidas. Es considerada como la perla del mar Egeo que forma la postal perfecta con las aldeas blancas típicas de Grecia. Asegúrate de recorrer Parikia, Lefkes y Marpissa, y prueba el meze, la versión griega de las tapas españolas.

Cómo llegar a Paros: puedes llegar en ferry desde Atenas, o incluso, desde Santorini.

Creta

Creta es la isla más grande de Grecia y es una de las trece regiones que compone el país (Grecia cuenta con nueve regiones continentales y cuatro insulares).

No te puede ir de ella sin conocer lugares como el palacio de Knossos (el complejo de la Edad del Bronce es considerado la ciudad más antigua de Europa que data del 7000 a.C), la Garganta de Samaria, el monasterio Moni Arkadiou, la playa de Elafonisi, el pueblo pesquero de Loutró, la ciudad fortificada de Rethymno, las ciudades de Agios Nikolaos y La Canea, la capital Heraklion, la cueva Sendóni, el yacimiento de Gortinay y los frescos bizantinos de iglesias como la de Agios Georgios o la de Kritsa. .

Para comer, prueba un plato de caracoles, al vapor, fritos, o a la parrilla, pues son la especialidad más deliciosa de los isleños.

Cómo llegar a Creta: La mejor opción es el avión, existen vuelos directos desde Barcelona y Madrid. También puedes llegar en ferry desde Atenas, pero dura entre 6 y 9 horas.

Skópelos

Y, por último, te recomendamos una isla de otro archipiélago y poco conocida. La Skópelos es la más grande de las Islas Esporádas. Está cubierta de colinas rocosas y playas de guijarros. Tan solo dispone de una carretera principal que finaliza en la ciudad.

Se ha hecho algo famosa por el rodaje del musical Mamma Mia!, basado en las canciones del grupo sueco ABBA, en el que se muestran algunos de los paradisíacos rincones de la isla.

Nuestro consejo es que dediques una tarde a visitar Glossa para ver las casas tradicionales y las vistas de la vecina Scíathos.

Cómo llegar a Skopelos: el aeropuerto más cercano es el de Scíathos, por lo que solo se puede llegar por mar, ya sea por ferry o hidroplano.

Mapa de nuestras vacaciones en las Islas Griegas y Atenas

Para ayudarte a preparar tus vacaciones de Atenas y las Islas griegas y te lo pases igual de bien que lo hicimos nosotros, te hemos preparado este mapa con los puntos que visitamos, para que no se te quede nada por el camino.

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