El Salar de Uyuni, un lugar de otro mundo en Bolivia

Hay un lugar en el mundo que parece de otro planeta, se llama el Salar de Uyuni y está situado en el suroeste de Bolivia, perteneciente al departamento de Potosí. El mayor desierto de sal continuo del mundo, con una superficie de 10.582 kilómetros cuadrados, es uno de lo mayores espectáculos naturales que pueda contemplarse. Este desierto de sal, que puede verse desde el espacio, nos brinda un ambiente absolutamente extraterrestre. Si hay un lugar terrenal antes de llegar al pretendido paraíso, ese debe estar por aquí.

Durante la época de lluvias, de diciembre a mayo, se crea una fina capa de agua que cubre este salar creando una efecto espejo hacia el cielo. Este efecto hace que puedas ver el cielo estrellado a tus pies. Sin duda, una experiencia única que hay que vivir. Con certeza, visitar el Salar de Uyuni es una de las cosas imprescindibles que hacer en Bolivia, y si me apuras en la vida.

Cómo se formó el Salar de Uyuni

Atrás comenzó a formarse por la evaporación de varios lagos. La zona, a más de 3.600 metros de altitud, estuvo dos veces bajo el agua, una hace 40.000 años cuando estaba cubierto por el lago Minchín y la otra hace 12.000 envuelto por el lago Tauka cuando se derritió un glaciar cercano.

Qué ver en Uyuni

Uyuni es una pequeña ciudad del altiplano boliviano y que da nombre al increíble Salar, su atracción turística más importante y que es medio de vida para la mayoría de lugareños.

Además del Salar, en Uyuni no hay mucho más que ver, pero si tenéis tiempo podéis recorrer sus calles para haceros una idea de cómo vive la gente de esta tranquila ciudad. Podéis visitar el mercado Central, el Museo Arqueólogo o dar una vuelta por las vías de suelo de tierra Uyuni.

Excursiones al Salar de Uyuni 

La excursión, conocida generalmente como la del Salar de Uyuni, también visita otras partes naturales increíblemente bonitas. Se puede optar por la excursión de 1, 2 ó 3 días.

1. La de 1 día sólo alcanza para ver el Salar de Uyuni propiamente dicho y el cementerio de trenes.
2. La de dos días, que en la época de lluvias se suprime (de diciembre a marzo), se adentra un poco más en el Salar de Uyuni.
3. Y la tercera opción, de 3 días, la que elije la mayoría, además del Salar, se visita otros puntos de interés como la Laguna Colorada, la Laguna Verde, un géiser, unas aguas termales, desiertos, volcanes, se observa a la fauna, entre otros.

Sea cual sea la opción que elijáis, hay que estar muy atentos con las numerosas agencias de viajes que estafan al viajero. “Estafadores de viaje” que pueblan las calles de Uyuni buscando viajeros deseosos de ver el salar.

Estamos hablando de casi 200 agencias y muy pocas responden de forma fidedigna a lo que prometen una vez las contratas.

Cómo contratar una excursión al Salar de Uyuni 

Lo primero que os decimos es que seáis pacientes. En ciudades importantes de Bolivia, como La Paz o Sucre, hay multitud de agencias que venden la excursión al Salar de Uyuni, pero estas excursiones llegan a costar el doble de lo que os cuesta contratarlas en el propio pueblo. No os preocupéis por si os quedáis sin sitio, sieeeempre lo hay. En el pueblo, en la ciudad de Uyuni, hay bastante oferta y si estáis avispados, no tendréis problemas en contratarlo allí directamente.

Una vez en el pueblo, os aconsejamos que comparéis y regateéis antes de contratar. Lo primero que hay que hacer es concretar el precio. Para ello hay que esperar a última hora de la tarde o, incluso, si os va la marcha, a primera hora de la mañana. Están como locos por completar los grupos de 6 personas que cabe en cada uno de los 4×4 que hacen el viaje.

Un buen precio para pagar por el tour de 3 días es 600 bolivianos (63 euros) con regreso a Uyuni o 650 bolivianos (68 euros) con transporte incluido a San Pedro de Atacama. Tened en cuenta que esta excursión la hicimos en 2014.

A partir de ahí hay que pedir, por escrito, que detallen las comidas y alojamientos (normalmente muy humildes) que incluyen. Si se puede ver el coche, mucho mejor, también sería bueno concretar cuántas personas van a ir en el Jeep. Suelen ir 6, 5 y el conductor, más que eso puede resultar agobiante. Y, sobre todo, si se puede conocer al guía, muchísimo mejor.

Además de prometer un servicio de guía que brilla mucho por su ausencia, sólo son conductores que llevan de un lado a otro, preparan la comida y de vez en cuando dicen donde estás. Tienen una mala reputación contrastada con accidentes por mala conducción o mezclar alcohol y volante.

En resumen, antes de contratar vuestra excursión al salar de Uyuni, comparar, comparar y comparar. Nosotros nos decantamos por Relámpago Tours con Certificado de Excelencia de Tripadvisor. Eso sí, la excursión simplemente marchó. El guía, como todos…

Gastos de la excursión Salar de Uyuni

Los gastos de la excursión fueron 650 bolivianos (68 euros) por persona que se dividen en 3 días a razón de 216 bolivianos (22 euros) la jornada (precios 2014). No regresábamos a Uyuni. Finalmente, los conseguimos a buen precio. 

Nuestra experiencia en el Salar de Uyuni

Primer día

Olvidando la parte logística y centrándonos en lo importante, a una hora tardía, las 11 de la mañana, partimos hacía el Salar de Uyuni.

Por culpa de un buen amigo viajero con el que nos encontramos en Santiago de Chile, el señor José Antonio Ayuso «Nono», soñábamos desde hacia tiempo con este destino.

Todos los sueños anteriores fueron menos bonitos que la realidad: una fina capa de agua hacía que el reflejo de nubes dibujadas en la inmensidad produjera una ilusión óptica más propia de la ciencia ficción que de nuestro mundo (efecto espejo). Allí, en medio de la nada, descalzos y con la ilusión de niño en la mañana de Reyes, empezamos a correr de un lado a otro de aquella maravilla. Gastamos el «carrete digital» con cientos de fotos de toda forma y tamaño, algunas surrealistas. Y almorzamos. Nos supo a gloria bendita.

Nos hubiéramos quedado toda la vida allí pero el planning del señor guía tenía que cumplirse a rajatabla. La opción de buscar alternativas no existía. Así que fuimos caminando rumbo a nuestro primer alojamiento, en general, muy rústicos. En torno a una buena mesa compuesta por los integrantes de nuestro grupo, una argentina, un polaco, dos alemanas y dos españoles, repusimos energías con una sopa y un plato de pollo a la plancha.

Segundo día

A la mañana siguiente, todo lo que veíamos nos parecía poco. No es que no fuera bonito, que lo era, sino que el Salar de Uyuni eclipsaba a muchas cosas.

Por ejemplo, a las lagunas que se cruzan a nuestro paso, al extraño árbol de piedra, roca que con la erosión recuerda a un árbol, o, incluso, la Laguna Colorada. Este último lugar, muy hermoso, se trata de un lugar de cría para flamencos andinos, aves migratorias pero que les gusta volver a este lugar por la riqueza en minerales del agua de la laguna.

Lamentablemente, nuestro momento en la Laguna Colorada, lo estropearon unos señores vestidos de funcionarios en nombre y gracia de la Reserva Nacional de Fauna Andina Eduardo Avaroa (dependiente del SERNAP). A las dos alemanas de nuestro grupo que, previa presentación del recibo aseguraron que habían pagado la tasa de acceso al parque (150 bolivianos, 16 euros) a su agencia de viajes, les negaron la entrada hasta que no volvieran a pagar allí mismo de nuevo la entrada.

Con personas hubiera sido fácil encontrar una solución, pero con ellos fue muy complicado. Exactamente una hora tuvimos que esperar hasta que el guía, para continuar con nuestro viaje, pagó el dinero de su bolsillo. Por eso, hay que tener cuidado con qué agencia de viajes se contrata la excursión al Salar de Uyuni, lo que incluye y lo que no.

Tercer día

Sueño reparador, noche de estrellas y a la mañana siguiente, antes de llegar a la frontera con Bolivia, un despertar junto a los géisers. Sol de mañana y después un baño en las aguas termales de las Termas de Polques. Sólo nos quedaba la Laguna Verde.

Esta laguna, también se encuentra ubicada en la Parque Nacional de Fauna Andina Eduardo Abaroa. De color verde por el alto contenido en minerales de sus aguas que le dan ese característico color, conforma un paisaje muy peculiar ya que de fondo tiene el volcán Lucancabur, en este lugar también pueden verse numerosos flamencos a una sola pata sobre sus agua.

Nosotros no pudimos ver toda la grandiosidad de este lugar ya que lo visitamos por la mañana, y según nuestro guía, la zona gana mucho encanto por la tarde. Tampoco vimos la isla incahuasi donde hay una gran cantidad cactus gigantes.

Cuando ya estábamos casi al borde de la frontera de Chile y Bolivia, y pensábamos que ya nadie más podría intentar aprovecharse de los turistas y forasteros, nos equivocábamos. Quedaba una más antes de salir para Chile.

En la parte boliviana del puesto fronterizo, de forma indiscriminada, a los turistas más despistados se les exige una tasa que no existe. Mucho ojo con este timo. Se lo dijimos a algunos y al volver a por su recibo de pago, milagrosamente, les devolvieron el dinero.

Independientemente de los pequeños altercados en el camino, las incidencias y los numerosos intentos de los bolivianos por sacarse unas perrillas extras, disfrutamos mucho del viaje, de los paisajes, y sobre todo del Salar de Uyuni. No hemos visitado lugar tan mágico y especial. Pero nosotros consideramos importante el transmitir a los viajeros que estén pensando en ir a este lugar, lo bueno, lo malo y lo regular. Para que estén prevenidos y les sirva nuestra experiencia vivía. Pero por encima de todo eso, junto al paraíso, siempre estará el Salar de Uyuni.

Cómo se llega al Salar de Uyuni (Bolivia)

Al pueblo de Uyuni se puede llegar de diferentes formas, nosotros llegamos en autobús. Hay rutas desde ciudades cercanas como Potosí o Sucre.

A esta ciudad también llegan los trenes, podéis tomar uno desde Oruro, Tupiza o Villazón. Eso sí, planearos bien el viaje y sacad los billetes con antelación para evitar quedarse sin plazas.

También Uyuni cuenta con un pequeño aeropuerto donde operan líneas internas del país, si lo miráis con antelación seguro que podéis encontrar vuelos a buenos precios.

Siempre podéis optar por la opción de alquilar un vehículo desde ciudades principales como La Paz y hacer la ruta en coche visitando diferentes lugares. La ruta desde La Paz al salar de Uyuni toma aproximadamente 7 horas y media.

¡A Tomar por Mundo! Nuestra experiencia hecha libro

Tanto nos cautivó este lugar y tan bien nos lo pasamos visitándolo, que quizás por eso lo elegimos la foto para nuestra portada de nuestro libro. En él contamos la experiencia de dar la una vuelta al mundo low cost con 20 euros al día.

¿Qué te ha parecido nuestra experiencia en El Salar de Uyuni? ¿Alguna duda? ¿Incluirías algo más para este viaje? ¡Cuéntanos! Estamos deseando leer tus consultas, propuestas y experiencias. ¡Deja tu comentario más abajo!

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