Melilla es la ciudad de las culturas. No existe ningún territorio en España donde se unan más cristianos, mulsulmanes, judíos e hindúes a la vez por metro cuadrado. En 12 kilómetros cuadrados, se habla, se come y se reza de forma diferente según el barrio por el que vayas. Se celebra la feria en septiembre, pero también la ruptura del ayuno durante el Ramadán, el Diwali en octubre o el Pésaj en abril. De todas ellas dio cuenta MJ en Radio Nacional de España, cuando residía y trabajaba en la Ciudad Autónoma como periodista. Durante 2 años disfrutamos de esta tierra y la descubrimos casi al milímetro. La sentimos y la vivimos. Por eso, estamos seguros que este artículo te ayudará en tu próxima escapada al norte de África para conocer mejor los lugares imprescindibles que ver en Melilla.
Cómo llegar a Melilla
Melilla tiene una situación muy especial en el mapa. Si quieres saber cómo llegar a Melilla, aquí te lo contamos, porque no está en la Península Ibérica ni en ninguno de sus archipiélagos, se ubica en el norte de África (lo mismo sucede con Ceuta). Y se accede de dos formas principalmente: en avión o en barco.
Vuelos a Melilla
Para acceder en avión, hay vuelos diarios directos desde los aeropuertos de Málaga, Almería y Granada (media hora de trayecto) y Madrid (una hora y 45 minutos). También puedes valorar volar hasta Nador (Marruecos) e ir después en taxi (muy barato) hasta la frontera de Marruecos y España. Si quieres encontrar vuelos a los mejores precios y horarios no dudes en buscarlos a través de este comparador.
Ferry a Melilla
En ferry se puede acceder desde Málaga, Almería y Motril (Granada). Y debes tener en cuenta que hay dos tipos de ferry: los lentos (8 horas) y los rápidos (4 horas). Los rápidos suelen salir en verano, pero desde hace unos años se pueden conseguir plazas en otras fechas del año. Eso sí, en ambos casos, se tiene muy en cuenta el estado de la mar.
Coche de alquiler
Una tercera alternativa, aunque mucho menos utilizada por los turistas, sería acceder por carretera desde Marruecos. Lo ideal es que durante tu recorrido por el norte del país africano alquiles un coche (importante con matrícula marroquí para evitar ser parado constantemente por la policía y no gastarte el presupuesto en ‘propinas’) y llegar hasta la frontera con Melilla.
Debes preguntar previamente si el vehículo dispone de ‘la carta verde’ para poder cruzar el puesto fronterizo con el vehículo sin problemas (es como si fuera el pasaporte del mismo). Si lo tienes, adelante; si no, deberás dejarlo donde te indique la empresa del coche lo más cercano a la Ciudad Autónoma de Melilla.
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Qué ver en Melilla
Ciudad Vieja de Melilla
La Ciudad Vieja es una visita obligada y lo primero que incluimos en esta lista de que ver en Melilla. Fue declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1953 y se trata de una imponente fortaleza construida sobre un peñón que se adentra en las aguas del Mediterráneo. Se compone de cuatro recintos fortificados, separados por fosos, y erigidos a partir del siglo XV. A nosotros nos gustaba visitarlo al atardecer, cuando la absoluta calma llega Melilla La Vieja y los últimos rayos de sol alumbran con tonos dorados los rincones más veteranos de la ciudad.
Por marcar una ruta, aunque no sea del todo necesario, puedes empezar por Las Cuevas del Conventico. Situadas en la Muralla de la Cruz, se cree que estas cuevas se originaron a partir de una gruta natural que pudo ser usada por los fenicios y más adelante, en el siglo XVIII, por los melillenses asediados por el ejército de Marruecos. Si desciendes por el interior de sus cavidades, quedarás fascinado por las panorámicas que desde ellas se divisa de los acantilados de Trápana y su pequeña playa, tranquila y pacífica en los días de quietud, pero violenta y brava cuando hay temporal. Siguiendo tu ruta, a un par de minutos andando, llegaras al Museo de Arqueología e Historia de Melilla, tres plantas para entender mejor el pasado de esta singular tierra.
Tu viaje puede continuar con una visita al Faro de Melilla, que está situado en el punto más oriental de la fortificación del Primer Recinto o Villa Vieja. A partir del siglo XVI fue llamado de diversas maneras: las Cruces, Palo del Suplicio o Torre del Vigía de Mar y, por último, del Bonete. Es quizás la foto más repetida en el carrete digital de los que visitan la ciudad autónoma, junto a los cañones. Los alrededores del Faro, siempre pegados al mar, te darán muchas más fotos para enmarcar. Sobre todo si captas los últimos rayos de sol del día.
Antes de perderte por sus miradores, plazas y callejuelas puedes hacer una visita al templo cristiano de la Purísima Concepción, la iglesia más antigua de la ciudad, del siglo XVII, un imprescindible que ver en Melilla.
Lectura recomendada:
- La situación geográfica de Melilla es perfecta para descubrir a nuestro país vecino, Marruecos. Desde la Ciudad Autónoma se puede acceder en coche, ya sea por libre o en un tour organizado (no olvides llevar el pasaporte) a lugares con encanto y cercanos. Puedes comenzar por Nador o Alhoucemas.
- Pero si quieres seguir descubriendo lo mejor de este hermoso país, uno de nuestros preferidos, te dejamos un post que hicimos sobre los 10 lugares imprescindibles que ver en Marruecos (todos ellos más alejados de Melilla).
Centro urbano de Melilla
¿Sabías que Melilla es uno de los mayores exponentes del Modernismo en nuestro país? De hecho, es la segunda ciudad de España con más edificios modernistas (después que Barcelona). En total están catalogadas más de 500 obras arquitectónicas de estilo modernista.
Fue el arquitecto catalán Enrique Nieto y Nieto, discípulo de Gaudí, quien se trasladaría a Melilla a principios del siglo XX, trayendo consigo este estilo que tanto triunfaba en la Cataluña de la época. Algunos de estos edificios que podrás visitar son el edificio de La Reconquista (uno de los más afamados), el Palacio de la Asamblea (sede del Ayuntamiento y Parlamento de Melilla), el El Acueducto, la Casa de los Cristales, la Sinagoga Yamín Benarroch, la Mezquita Central, la Casa Tortosa, la Cámara de Comercio o el inmueble del Telegrama del Rif.
En nuestro paseo por la Melilla modernista también pasaremos por otros espacios importantes del centro urbano de la Ciudad Autónoma e imprescindibles que ver en Melilla. La Plaza de España, situada en el Ensanche Modernista, entre el casco antiguo (Melilla La Vieja) y el nuevo centro urbano (Barrio Reina Victoria), será uno de los lugares por los que pases más de una vez. Justo desde aquí parte la Avenida Juan Carlos I, la arteria principal de la metrópolis. Junto con la Avenida del Ejército Español, forman dos de las calles principales del centro urbano de Melilla.
Desde la Plaza de España, a solo cinco minutos andando, se encuentra el teatro de Melilla, el Teatro Kursaal, que te recomendamos visitar tras su reciente apertura, y si es con un espectáculo mejor que mejor. Y, por último, lo citamos por la curiosidad, la plaza de toros, la Mezquita del Toreo, la única que hay en todo el continente africano.
Hoteles en Melilla:
- Para disfrutar de tu viaje a Melilla necesitarás, como mínimo, dos o tres días. Por eso tendrás que buscar alojamiento. Nuestro preferido y el que le recomendamos a los amigos es el Tryp Melilla Puerto Hotel. Es un alojamiento notable y, sobre todo, bien ubicado junto al puerto deportivo. Es el mejor.
Mercado central de Melilla
La mejor manera de conocer un destino es a través de sus mercados. Ya sabes que a nosotros nos encanta perdernos por ellos y ver la esencia del lugar donde estamos. En tan poco espacio puedes hacer la mejor y más rápida radiografía de un territorio con solo tener bien abiertos los cinco sentidos.
En un mercado se sabe cuanto cuesta la vida en ese lugar, qué comen sus habitantes, a qué huele, a qué sabe, cómo son sus usos y costumbres… Precisamente en Melilla este ejercicio se antoja obligado. La mezcla de puestos regentados por tenderos de diferentes culturas hacen que en un mismo espacio se mezclen el olor del pescado recién cogido en el Mediterráneo con las especias que llegan desde Marruecos. El fuerte olor que desprende el cordero aquí se neutraliza con el aroma que desprenden las verduras que llegan desde la península. Un tendero desea un feliz Ramadán a sus clientes y el de al lado, cuando coinciden por fechas, una buena Pascua de Resurrección a los suyos. Para nosotros un lugar imprescindible que ver en Melilla.
Dónde comer en Melilla:
- Imaginamos que del mercado vas a salir con hambre. Pero eso es el menor de los problemas en Melilla. Como a nosotros, seguro que a ti también te sorprende la cantidad de bares y la estupenda relación calidad precio de los establecimientos hosteleros. Además, aquí pasa como en Granada. Cuando pides una bebida, te traen una tapa gratis. Y además es más barato.
- Te dejamos una lista de nuestros bares y restaurantes favoritos en Melilla: Los Polillas en la Muralla (pinchitos morunos, coquinas, gambas frescas); Don Quijote en el Paseo Marítimo (por sus vistas al mar y por ser al que siempre íbamos primero cuando JP hacía visita a MJ); Restaurante Caracol Moderno (tallín, cuscús, pastelas); Bar la Cervecería en la calle General O’Donnell (tapitas variadas y cerveza fresca); Bar Sevilla (para probar rico té moruno).
Ruta de las Cuatro Culturas en Melilla
Melilla es una ciudad de contraste. Como ya te hemos comentado, en esta ciudad conviven cuatro culturas diferentes: la cristiana, la musulmana, la judía y la hindú. La comunidad musulmana, con mayoría de sus miembros de origen bereber, es la más numerosa. Le sigue la cristiana casi al mismo nivel. La comunidad judía o hebrea es la tercera en cuanto a sus miembros. Y, por último, la población hindú, mucho más pequeña. Desde la Plaza de las Cuatro Culturas, la que rinde un homenaje a este mestizaje, se puede hacer la Ruta de los Templos. No esperes señales ni indicaciones (quizá la Oficina de Turismo te lo muestre). Tan solo te marcaremos cuatro referencias que te ayudarán para hacerte una idea de cada uno de los símbolos que marcan las religiones que se comparten en Melilla.
La comunidad cristina tiene diferentes templos repartidos por los barrios. Nos quedamos con la céntrica Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús. Mezquitas hay muchas, más que iglesias católicas, de hecho. Puedes visitar la Mezquita Zawiya al – Alawiya o la Mezquita Central, la más grande de la ciudad. De las diez sinagogas que hay en Melilla, puedes visitar (por fuera y, con suerte y permiso, por dentro) la Sinagoga de Yamín Benarroch. Los hindús, la población más reducida, solo tiene un espacio comunitario, el Templo Hindú Mandir.
En Melilla, el Aid El Kebir (la Pascua Grande del islam) está declarado como día festivo desde 2010, año en el que la Ciudad Autónoma lo incluyó dentro del calendario laboral, siendo la primera ciudad española en reconocer oficialmente una fiesta musulmana. Se trata de uno de los días más importantes para aproximadamente la mitad de los melillenses.
Playas de Melilla
Melilla también tiene un atractivo en sus costas bañadas por el Mar Mediterráneo. Empezamos por las que más nos gustan pero, don´t panic que hablaremos de todas las que hay. A nosotros nos encanta en especial la Ensenada de los Galápagos, cuando no hay nadie, claro. Se encuentra entre las murallas de la antigua ciudadela de Melilla, junto al faro. Ha sido recientemente recuperada y regenerada con arena que se perdió en los temporales. Su acceso no es el más sencillo, pero como está más alejada, es una de las playas más tranquilas (y más pequeñas). Muy cerquita, al otro lado del mirador, y solo un par de minutos andando, se encuentra la Cala de Trápana. Una cala encantadora y con un agua cristalina que también suele estar en paz.
Si hablamos de playas urbanas imprescindibles que ver en Melilla empezaremos hablando de la Playa de la Hípica, que podemos decir que es una de las playas de toda la vida de la ciudad. Además, aunque la han reformado, conserva las antiguas casetas y vestuarios de cuando era la ‘playa privada’ de los militares. Un poco más adelante se encuentra la Playa del Hipódromo, llamada así por estar frente al barrio que lleva su nombre, es la zona final de la playa de Los Cárabos. Es una playa poco profunda, así que es ideal para que los más pequeños disfruten del mar sin peligro. La Playa de Los Cárabos es la más larga de la ciudad. Comienza en la desembocadura del Río de Oro y comparte espacio con la del Hipódromo (es la que solía ir MJ a diario por las tardes). La última playa urbana, que en realidad es la primera (según como se mire) es la de San Lorenzo. Destaca su zona para practicar deportes en la arena y cuenta con todos los servicios: baños, socorrista… junto a un agradable paseo marítimo.
Más a las afueras de la ciudad vas a encontrar la Playa de Horcas Coloradas que es una ‘nueva’ playa que tiene la ciudad abierta al Mar Mediterráneo. Se le ganó terreno a los acantilados y ahora es un espacio para el disfrute de todos.
Por último, aunque no sea una playa pero sí una zona de baño y que merece la pena la visita, mencionamos los Cortados de Aguadú. Estos acantilados son el rincón perfecto para observar a la fauna en todo su esplendor, tanto en el mar como en las propias rocas de caliza, donde anidan gaviotas y otras aves. Llegar hasta aquí dan un poco de vértigo. Avisamos.
Puerto deportivo de Melilla
El Puerto Deportivo se inauguró a principios del año 1997 y es un imprescindible que ver en Melilla. Está situado al sur de las instalaciones del Puerto de Melilla y tiene una capacidad para 397 embarcaciones deportivas y de recreo.
Pero, más allá de los datos, Puerto Noray, como lo conocen los melillenses, es un lugar para pasear, para admirar los barcos… Eso de día. Cuando cae la noche, es un buen sitio para disfrutar de restaurantes, pubs y discotecas los fines de semana.
Parques de Melilla
Melilla cuenta con varios parques urbanos, pero vamos a destacar dos. El Parque Hernández es el más emblemático. Aquí te vas a encontrar numerosas especies exóticas (como el drago, ficus, palmeras, araucarias…), estatuas de personalidades (como Lope de Vega, Félix Rodríguez de la Fuente o Fernando Arrabal, melillense ilustre) y un templete de música. Así que si quieres estirar las piernas, leer un libro o pasear con la familia, este parque es perfecto para ello.
Otro de los espacios verdes de la ciudad es el Parque Cándido Lobera, situado en la zona alta de Melilla. Es más bonito que el anterior lleno de cascadas y pérgolas, y cuenta con un estanque, fuente, kiosco y templete en distintos niveles.
Fuerte de Rostrogordo
Este fuerte está ubicado en los Pinares de Rostrogordo, en la zona norte de Melilla. Fue construido para defender Melilla del ataque de los rifeños, pero desde que fue reformado, se transformó en el parque de ocio y deporte El Fuerte. En sus instalaciones, que respetan elementos originales, hay diversas atracciones como piscinas, canchas de tenis y parque de atracciones para niños. Está considerado Bien de Interés Cultural y merece la pena verlo para hacerte una idea de algunos elementos defensivo de la ciudad antaño.
En el entorno, en el Parque Periurbano de Rostrogordo, que conforman 350.000 metros cuadrados de pinos en la zona alta de Melilla, está el verdadero pulmón verde de la ciudad. Además, cada fin de semana, los melillenses gustan de subir a los pinares para pasar el domingo en torno a una parrilla o un buen bocata de filete empanado. Si te pilla en estos días, o en festivo, puede ser un buen plan para hacer senderismo, pero ojo, necesitarás un medio de transporte para llegar hasta aquí… porque está alejado del centro.
Frontera de Melilla
La frontera más grande de España se encuentra en Melilla y es la que separa Nador (Marruecos) de la Ciudad Autónoma de Mellilla (tiene 9,6 km de longitud).
En Melilla existen varios pasos fronterizos, entre los que destaca principalmente el de Beni Enzar. Es el paso fronterizo más importante de los cuatro que se extienden entre España y Marruecos, el único que funciona como aduana comercial y el único que permanece abierto las 24 horas del día los 365 días del año.
Puedes pensar, a estas alturas, que por qué incluimos una frontera como lugar imprescindible que ver en Melilla… A nivel antropológico y económico, no hay mejor lugar para entender la especial idiosincrasia de esta Ciudad Autónoma que vive a caballo entre lo que pasa a un lado y a otro de la triple valla. El trajín de gente, los porteadores que cargan decenas de kilos en sus espaldas que transportan de todo en la verja, la picaresca en todas sus formas… Vayas o no a cruzar a Marruecos, al menos a nosotros, nos parece un lugar necesario para conocer.
Alrededores de Melilla
Melilla no tiene municipios, pero cruzando la frontera se pueden hacer algunas de las visitas que nosotros siempre proponíamos a la familia y amigos que nos visitaban: Monte Gurugú. Ya en territorio marroquí, es el punto más elevado de la zona, y buen lugar para ver el skyline de Melilla al completo. Este monte fue escenario, a principios del siglo XX, de combates entre tropas españolas y la resistencia marroquí. Además se dice que en lo más alto hay monos, otro de los atractivos del área, pero lo cierto es que nosotros nunca los vimos.
Otra alternativa en la naturaleza es hacer una ruta hasta el Cabo de Tres Forcas y pasar el día en algunas de sus playas vírgenes y salvajes. Si no tienes coche, te recomendamos esta excursión como la del Gurugú en este tour por los alrededores de Melilla.
La ciudad marroquí más cercana a Melilla es Nador (a unos 15-20 minutos en taxi -5 euros por persona-) y un imprescindible para completar el que ver en Melilla. Una buena opción para hacer allí, si te gustan las inmersiones culturales, es ir a un auténtico zoco marroquí, como el de El Had, o ir a un genuino hamman marroquí. No esperes los lujos occidentales.
A una hora y media se encuentra Alhucemas, antigua ciudad española, con una playa larga y bonita y un municipio limpio con mucha historia. Nosotros solíamos ir a Alhucemas de fin de semana a una casa rural regentada por un español que nos encantaba, Casa Paca Alhucemas Guesthouse, frente al mismísimo peñón de Alhucemas, un islote habitado por militares que sigue perteneciendo a España.
Y, como curiosidad, aunque veas Ceuta cerca en el mapa y sientas la tentación, ya te advertimos que está a más de 7 horas en coche por las malas carreteras de Marruecos (no existen barcos ni aviones directos).
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