Cinco lugares dónde se nos paró el tiempo

Hay lugares y momentos en los que parece que todo se detiene. La belleza de un monumento, la grandeza de la naturaleza o los momentos que nos regalan otras personas, se guardan en la retina para no borrarse nunca jamás. Hoy queremos contaros los cinco lugares dónde se nos paró el tiempo a nosotros. Cinco lugares dónde tocamos el cielo.

Maldivas

Maldivas, un país formado por 1.200 islas, es un paraíso en la tierra. Las fotos que todos hemos visto alguna vez en las revistas no son ni la mitad de impresionantes que ver esa majestuosidad al vivo y en directo. Impresiona la arena fina y dorada como la harina, deja sin respiración el agua transparente, mucho más que cualquier piscina, sobrecogen los momentos de calma y el relax… Estábamos a solo dos pasos del agua, en una habitación Premium del resort.

Antes de un atardecer inolvidable en Meeru Island, cogimos las gafas para hacer snorkel. Empezamos a perseguir a peces de miles de colores y, casi sin darnos cuenta, nos alejamos de la orilla. Fue la última vez que miramos nuestro reloj de buceo. Con un fondo paradisíaco, frente a una costa de película, se “pararon” las manillas de nuestro súper reloj solar de cuarzo. La noche nos alcanzó en el agua. Y esa noche soñamos con lo que habíamos vivido. Pero fue real. Como la vida misma.

Ohia (Santorini, Islas Griegas)

En Ohia, un pequeño pueblo en la isla de Santorini, en Grecia, nos volvimos literalmente locos. Frente a un Mediterráneo apabullante azul, las casas encaladas reflejaban a la perfección el color de mar. El primer día fuimos a ver el atardecer a una terraza. No conseguíamos dar dos pasos sin hacer cientos de fotos de momentos que parecían que nunca más se fueran a reproducir.

Los girasoles que había delante de nuestro asiento le terminaron de dar el toque artístico a la escena. El sol se rompía en miles de tonos distintos. Sobre el horizonte se perdía el astro rey. Lo sentíamos irse. La magia nos cautivó en ese instante. De nuevo, el reloj que llevábamos puesto se detuvo para siempre en ese instante.

Petra (Jordania)

La ciudad de Petra, en Jordania, no es una de las maravillas del mundo por casualidad. Llegar a esta antigua ciudad rodeada de una impresionante naturaleza sucumbe a cualquier persona con un mínimo de sensibilidad. Antes de alcanzar al Tesoro, una imagen que todos tenemos en nuestra cabeza de verlo en documentales o en la mítica película de Indiana Jones, la mente va rápido. El deseo de conseguir ver uno de los sitios más deseados de nuestro planeta apabulla los sentidos.

El camino entre rocas da lugar a un monumento labrado en piedra con extrema delicadeza hace miles de años. La última curva, que los guías se aseguran guardar con esmero, guarda el momento soñado. Tras ese zigzagueo entre grandes pedruscos se alza el coloso del pueblo nabateo. La emoción nos embarga. El tiempo vuelve a detenerse una vez más.

Chimborazo (Ecuador)

El Chimborazo es el punto más cercano al sol en la Tierra. Se encuentra en Ecuador y es esos puntos geográficos que están marcados con una energía especial. Nos tocó estar disfrutando de la vida en la naturaleza a las faldas de este volcán que supera los 6.000 metros por varios días. Cada mañana, entre nubes y con la compañía de las llamas, salíamos a hacer algo de deporte, siempre difícil por la altura. Llevábamos un buen reloj deportivo de reloj.es para controlar la altura, los pasos,…

Uno de los días nuestro anfitrión, Marcos Cruz, el Guardián del Chimborazo, el hombre que más veces lo ha subido, nos adelantó que esa noche sería especial. El atardecer nos cogió cenando en una cabaña de madera. La parte de atrás de la casa parecía estar más iluminada de lo normal. Cuando salimos, frente a nosotros teníamos a la luna enfocando al gran volcán. La imagen fue impactante. La luminosidad, sobre el manto de nieve, se multiplicaba por mil. No había ni una nube que impidiera ver tremenda maravilla de la naturaleza. Una vez el tiempo se quedó con nosotros en este momento.

Bahía de Halong (Vietnam)

El aniversario de la fecha en la que nos conocimos fue muy especial en nuestra vuelta al mundo. Lo quisimos celebrar en un lugar especial, la Bahía de Halong, en Vietnam. Nos embarcamos en un crucero de los que recorre este emblemático espacio natural. El barco, que superó nuestras expectativas, nos adelantó que la experiencia iba a ser inolvidable.

Como en todos los momentos memorables, siempre hay una escena que se guarda para el recuerdo. El atardecer llegó de repente. En la cubierta del barco, tumbados y unidos de la mano, nos despedimos de un día que para nosotros no era uno cualquiera. En el restaurante, justo después, los trabajadores locales había preparado una tarta por la celebración y por el cercano cumple de MJ. Era la guinda al pastel de otro minuto en el que se nos paró el tiempo.