Qué ver en Cuba: los cinco lugares que no te puedes perder ‘mi amol’

Actualización: 19 febrero, 2021

Cádiz, A Coruña, La Habana. Un triángulo quizás no tan descabellado. Tres ciudades hermanas, una de ella la tierra de JP, con una historia en común. Aunque tal vez sean sus bahías, con ese mar arrebatador, lo que las hace únicas e iguales al mismo tiempo. Un marco incomparable para soñar y dejar volar la imaginación. Es hora de soltar la nuestra al vuelo para aterrizar en el Caribe y descubrir cinco lugares que ver en Cuba imprescindibles. Nos hemos centrado en la zona Norte y Centro de la isla, las más visitadas y las que mejores infraestructuras tiene. Prometemos volver para conocer el Sur, en concreto Santiago de Cuba, la segunda ciudad más importante del país, y mostrarte también todos sus encantos, ‘mi amol’, como dirían por aquí. ¡Comenzamos!

La Habana

Dice una conocida canción que «ya sea en Madrid o en Nueva York, La Habana está en todas partes» porque te la llevas contigo. Son unos versos acertados, porque si hay algo en La Habana que la hace mágica es que una vez has estado allí no la puedes olvidar. Su recuerdo va contigo allá donde tú estés. Puede resultar algo incomprensible para el que nunca la haya pisado, pero esta ciudad enamora. Seguramente tenga mucho que ver en ello sus más de dos millones de habitantes… porque los habaneros, como buenos cubanos, son gente espontánea, trabajadora y que desprende vitalidad por los cuatro costados.

Fundada a principios del siglo XVI, la Habana Vieja es el barrio más antiguo de la ciudad y, desde 1981, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Salpicada de pequeños edificios, medio en ruinas, sorprende que todos ellos estén habitados, y es aquí donde mejor se respira la vida que mueve Cuba. No te asustes, esta decadencia es la que le da el encanto a la isla.

Muchos de los visitantes que llegan a La Habana piensan en tomarse un daiquiri en La Floridita, fumarse un buen habano, sacarse una foto en La Bodeguita del Medio o simplemente pasear por el Malecón. Pero no hay que engañarse, la ciudad esconde mucho más.

Con los cubanos

Sin moverse del centro de La Habana podemos visitar la Plaza de Armas, que es la más antigua de la ciudad, o la comercial calle del Obispo, que parte de la misma plaza, llena de mercadillos y tiendas alejadas del estilo europeo, y con un marcado sabor añejo.

Muy cerca se encuentra otra plaza singular, la de la Catedral, uno de los conjuntos arquitectónicos mejor logrados del arte colonial hispánico en toda América y uno de los imprescindibles que ver en Cuba. La Catedral de San Cristóbal de La Habana es el monumento más llamativo de la plaza, a la que da nombre. Su construcción, iniciada por los Jesuitas, está fechada a principios del siglo XVII. La estatua del Caballero de París, un español que se volvió loco y paseaba por las calles de La Habana vestido con capa haciéndose pasar por un gran aristócrata, completa la fisonomía de este bello espacio de la ciudad. Por cierto, dicen que trae buena suerte pasar la mano por la barba de la estatua al tiempo que se le tira de un dedo.

Camino del puerto, por la calle Mercaderes, tras caminar unas seis cuadras, llegamos a la Plaza Vieja, que se creó para dotar a la ciudad de un nuevo espacio urbano destinado al uso público y comercial sustituyendo a la Plaza de Armas, que pasó tener usos militares allá por el siglo XVI.

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Todo recorrido por la capital de Cuba, aunque algo alejado del centro histórico, pasa obligatoriamente por la Plaza de la Revolución, uno de los símbolos de la revolución cubana. Fue en 1953 cuando se dio comienzo a la construcción de la plaza y del monumento a José Martí. Después del triunfo de la Revolución, la plaza ha acogido numerosas fiestas revolucionarias y discursos de Fidel Castro.

No está todo visto, ni mucho menos, pero tal vez antes del atardecer sea un buen momento para ver la ciudad desde fuera. Regla, un pequeño pueblo marinero ubicado en la Bahía de La Habana, ya absorbido por la capital y al que se puede llegar en una bonita excursión en lancha desde el Muelle de la Sal, ofrece una vista privilegiada de La Habana.

Sin olvidar visitar el Capitolio Nacional, el Gran Teatro de La Habana, el edificio Bacardí, con unas inmejorables vistas de la capital, o los numerosos monumentos y museos que inundan la ciudad, ponemos rumbo al Malecón, un lugar conocido incluso para los que nunca pisaron este bendito suelo cubano. Parecerá que estás en Cádiz, parecerá que estás en casa.

La Habana

Si tienes tiempo, puedes descubrir otra Habana más alejada del turismo y del convencionalismo, como por ejemplo el Callejón de Hamel, situado entre las calles Aramburu y Hospital. Este callejón está repleto de murales, pinturas y esculturas, y se ha convertido en un templo de la cultura afrocubana. Fue Salvador González Escalona, un artista cubano quien ha conseguido que este sitio trascienda en lo cultural para convertirse en un punto de encuentro en el barrio para niños y mayores. Desde los 90, gracias al arte han conseguido que muchos jóvenes se aparte de lo malo y se acerquen a lo bonito de la vida.

Cuando cae la noche es el momento en el que renace una nueva ciudad que olvida el deterioro de sus calles y edificios, que aparca las situaciones difíciles por las que pasan los habaneros un día sí y al otro también, y da paso al reconocido espíritu cubano. Éste no es otro que el que ofrece la mezcla entre el maravilloso elixir que da la caña de azúcar en todas sus variedades, la música y el baile sin tregua, y la alegría, mucha alegría. El Café Cantante Mi Habana, la Casa de la Música, los Jardines de 1830 o el mítico cabaret Tropicana dan buena fe de ello.

Varadero 

Las agencias suelen ofrecer paquetes turísticos donde se incluye La Habana y Varadero, que dicen de ella que tiene una de las mejores playas del mundo. Ahora damos fe de que son espectaculares, pero lo confesamos, nos dio mucha pereza llegar a uno de los lugares más turísticos del mundo.

Varadero
Aitor López de Audícana

Sea como fuere, Varadero está situado a 150 kilómetros de La Habana por lo que la combinación es perfecta: turismo cultural + turismo de sol y playa. Llegar hasta aquí desde la capital es sencillo, pero hacerlo por tu cuenta puede costarte algún que otro disgusto y estropear tus vacaciones en Cuba. Más que nada porque si dispones de pocos días, ir en transporte público puede ser una odisea de tiempo y de incomodidad.

Por eso, en este caso, aunque no somos de ‘pulseritas’, en Varadero hay que pagar el peaje de ir a un resort de todo incluido si no quieres morir en el intento. Eso sí, busca uno de calidad media-alta, porque nosotros reservamos en uno de gama media-baja y las instalaciones dejaban mucho que desear, el restaurante con calidad justa en la comida (JP se puso con diarrea) y, sobre todo, un servio al cliente que dejaba muy mal a las decenas de cubanos excelentes que habíamos conocido antes.

En las playas de Varadero, que se extiende a lo largo de una península de 20 km de largo, se va a descansar, a olvidarse de todo y a tomar el sol. Pero para los más movidos, en torno a los resorts se montan actividades, ya sean en su interior (animación, concursos,…), como en las zonas de playa (hidropedales, alquiler de catamaranes, buceo,…).

Los Cayos de Cuba

Si cuentas con más días, no lo dudes. Deja Varadero y vete a conocer los Cayos de Cuba, algo más alejado de La Habana. El país posee una gran cantidad de atractivos, pero seguramente estas pequeñas islas, ubicadas principalmente en la orilla norte de Cuba, son probablemente uno de los más extraordinarios. Combina las playas caribeñas casi desiertas de aguas totalmente cristalinas, como si fueran piscinas, las finas arenas blancas y la exhuberante naturaleza. Te dejamos una lista de los más importantes porque hay muchísimos.

Uno de los Cayos de Cuba

  • El Cayo Santa María, unido por El Pedraplén a la isla, es el más conocido y cuenta con todo tipo de servicio e instalaciones.
  • Cayo Guillermo también es un verdadero paraíso y cuenta con un precioso paisaje dunar. Aquí merece la pena hacer buceo o snorkel a diferencia de Varadero.
  • Cayo Coco junto a los dos anteriores componen el archipiélago de Jardines del Rey y suelen ser los más visitados.
  • Cayo Largo es un paraíso terrenal de 27 km de playa y es menos explotado que los otros. Aquí se encuentra el Centro de Rescate de Tortugas Marinas, destinado a su cuidado y protección.
  • Cayo Levisa está casi virgen, de hecho cuenta con un solo hotel. Puedes contemplar aves como el pelícano o pasear entre manglaresy bosques de pinos.
  • Por su parte, en Cayo Blanco no hay alojamiento pero sí puedes hacer excursiones y todo lo que te plazca.
  • Cayo Ensenachos, es uno de los más exclusivos por la calidad de la naturaleza y el favorito de muchos mochileros.
  • En Cayo Las Brujas encontrarás el segundo conjunto de corales de mayor tamaño del mundo.

Todo es posible:

  • Te recomendamos este tour por los cayos de Cuba, sobre todo, por el de Santa María. Al menos, de esta forma, te puedes reservar unos días para descansar y recargar las pilas en el paraíso antes de volver a casa con la mayor de las sonrisas.

Trinidad 

Casi en la orilla opuesta a los Cayos de Cuba se halla Trinidad, una preciosa ciudad colonial muy colorida que se encuentra en el centro de la isla. Fue la tercera villa fundada por los españoles (en 1514) y es de las mejores conservadas (Patrimonio de la Humanidad).

Aquí, en este pueblo de la provincia de Sancti Spiritus, otro de los imprescindibles que ver en Cuba, el reloj se para. La primera imagen cuando llegas es una calle empedrada sobre la que cabalgan jinetes con alpacas en los lomos de sus caballos. Cada casa colonial que jalona está corredera con colores y líneas más hermosas.

Trinidad

Las fotos están en cada rincón. Es algo impresionante. Es difícil atender a las explicaciones de los guías porque se acumulan retratos y momentos efímeros que hay que guardar. Un carromato tirado por un guajiro frente a la torre que preside el casco antiguo se convierte en una foto de postal. A sólo unos pasos, delante de una puerta verde, hay varias fotografías de perfil de Instagram y muchos «me gusta» asegurados.

Viñales

Se trata de un valle ubicado en la zona más occidental de Cuba, en uno de los Parques Nacionales de la isla y también es Patrimonio de la Humanidad. Este remanso de calma y tranquilidad entre montañas es el mejor lugar para desconectar de la gran ciudad, aunque es ideal para que aquellos que buscan el turismo de interior y aventura.

La zona, el primer asentamiento de los tainos que antecedieron a los españoles, fue colononizada por cultivadores de tabaco canarios en 1.800. Desde entonces, conserva las mejores hojas en las decenas de sembradíos que hay por la zona. Para entender este arte cubano, el del puro, hay que visitar alguna plantación y conocer todo el proceso, desde el campo, hasta la importante labor del torcedor de puros pasando por el secado.

Viñales es bonito pero realmente en el pueblo no hay mucho que ver. Su encanto está en sus zonas boscosas de alrededor. Puedes hacer diferentes trekkings, bañarte en cascadas, visitar cuevas y para terminar la jornada vete al centro del municipio para bailar salsa, el himno de Cuba. Y el movimiento de caderas el grito de guerra de los cubanos. Cuando suenan los acordes, ya no hay quien los paré. Pura vida, que dirían en otros países cercanos. En la plaza del pueblo, en la sala de fiestas, montan una buena. Hay espectáculo primero y sesión de baile después. Fuimos, bailamos, socializamos, lo dimos todo y, por fin, descansamos.

Sin duda, Cuba, no pasará desapercibida en tu viaje por muchos motivos, tantos como sean enumerado en forma de lugares ineludibles en su visita, pero sobre todo por los cubanos, unos tipos muy especiales que ostentan de nacimiento el título de embajadores de su patria y que contagian el buen humor allá por donde pasan. O como diría Celia Cruz: ¡Azúcar!

Vinales
Aitor López de Audícana

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