Ruta por los sitios más bonitos de República Dominicana

Actualización: 19 septiembre, 2024

En nuestra ruta por el Caribe teníamos una parada obligatoria en uno de los países con las mejores playas del mundo. Esta isla también es la capital mundial de la bachata y el merengue. No solo eso. Fue el primer asentamiento europeo en América y tiene una capital, Santo Domingo, que inauguró las del Nuevo Mundo. Durante 10 días hemos recorrido este lugar de las Antillas para descubrirlo al detalle. Os enseñamos en este post nuestra aventura por los sitios más bonitos de República Dominicana.

Santo Domingo

A diferencia de otros países, Santo Domingo, la capital dominicana, no es el lugar dónde llegan la mayoría de turistas. Los visitantes extranjeros aterrizan, en gran número, en el archifamoso aeropuerto de Punta Cana. Sea como fuere, Santo Domingo, la primera ciudad de América con un centro histórico colonial pequeño pero interesante, es una visita imprescindible.

Centro de Santo Domingo

Llegar a República Dominica es el anti marketing que nunca deberían permitir las Oficinas de Turismo de ningún país. Tras un movido vuelo con Pawa, la vetusta compañía de bandera dominicana que nos trajo de Cuba (solo existe esta opción y Cubana de Aviación), pisamos suelo dominicano. A todos los extranjeros, incluidos a los dominicanos residentes en Europa que llegan sin su pasarte nacional, el país le cobra una tasa de entrada de 10 dólares. Discutible pero algo recurrente. Lo que no es tan normal es que en este proceso tardáramos… ¡dos horas!

Oferta inteligente:

La otra gran bienvenida que le hacen al turista que llega es el precio oficial para llegar a la ciudad desde el aeropuerto. No existe transporte público alternativo, solo el servicio de taxis. Y cuesta la friolera de 50 dólares, como mínimo. Nos negábamos a pagar este desproporcionado precio. Investigamos. Y siempre hay otras opciones.

La primera, los moto conchos, moto taxis que te acercan a la parada de bus más cercana, la descartamos porque íbamos muy cargados. La segunda, Uber (20-30 dólares), ya disponible en el país, la valoramos. La tercera opción era coger un coche de alquiler. En este país los coches de alquiler son muy baratos, casi gratis (puedes ver las ofertas aquí). Eso sí, espera a pagar el triple de ese precio por los seguros locales. Lo pagamos y no nos arrepentimos. Comprobamos que los dominicanos no conducen muy bien (diríamos que es uno de los países del mundo que peor conducen).

El caso es que tras las tediosas horas en el aeropuerto, por fin entramos en República Dominicana y su capital. Con el ritmo caribeño ya impregnado en nuestro reloj, se nos hizo de noche antes de llegar a Gascue, una barrio limítrofe a la Ciudad Colonial con muchas opciones para dormir.

Dónde dormir en Santo Domingo

Elegimos, con acierto, el Santo Domingo Bed and Breakfast. Allí nos esperaba Óscar, el gerente. De forma amable nos dio todas las pistas para descubrir Santo Domingo en menos de 24 horas.

Dónde comer en Santo Domingo

Empezamos con su recomendación para cenar: Hermanos Villar. Sin duda, el mejor restaurante en el que estuvimos durante toda nuestra estancia en el país. Probamos el tradicional y rico mofongo, el pastel en hojas, otro plato local, y dos batidos de zapote y cereza que estaban para darle un aplauso al creador. Pero además puedes probar los sancochos (caldo de carnes y vegetales), el arroz blanco, las habichuelas guisadas, el pollo guisado o los tostones (plátano verde)

Casco historico de Santo Domingo

Qué ver en Santo Domingo

A la mañana siguiente, con energías renovada, hicimos la visita a la zona colonial de Santo Domingo, declarada Patrimonio de la Humanidad. En la primera parada, el Parque de la Independencia, había evento patrio que descubrimos sobre la marcha. Homenajeaban a uno de los padres de la nación. Desde este parque, por la calle El Conde, peatonal, se llega de forma rápida al Parque Colón, el corazón de este área de la capital y la zona más bonita, sin duda.

Aquí está la Catedral Primada de América, la primitiva en el continente (entrada 40 DOP). Muy cerca, está la Fortaleza Osama, desde la que se divisa parte de la ciudad (entrada de pago). La calle de Las Damas, en la que es fácil imaginarse lo que pasó hace varios siglos porque sigue casi intacta, da paso a varias casas coloniales como la que fuera de Rodrigo de Bastidas. Al final de esta vía, para cerrar la visita, se llega a la Plaza de España. Pocos pasos más adelante está el Museo del Alcázar de Colón (entrada de pago).

Jarabacoa

Desde el primer momento que decidimos ir a la República Dominicana teníamos claro que queríamos descubrirla al completo. Por eso nos desviamos de la ruta turística y pusimos rumbo a Jarabacoa, en el centro del país (145 kilómetros, 2.30 horas desde Santo Domingo). El viaje en nuestro humilde y pequeño utilitario alquilado fue una odisea. Todas las carreteras que no vayan a la zona oriental del país están en un estado pésimo de conservación con agujeros, poca señalización, etc. A pesar del cansancio por la tensión constante, llegamos.

Jarabacoa, situado en la provincia de La Vega, es un respiro tras el paso por la capital. Este tranquilo pueblo situado a 500 metros de altura es un remanso de paz y de fresca brisa que se agradece. Allí nos esperaba, en una zona rural, Antonio Peralta. Él es el suegro de Óscar, el gerente del hostal donde habíamos pasado nuestra primera noche. Aquí conoció a la hija del señor Antonio. Ahora éramos los invitados de esta humilde familia que nos abrió las puertas de su casa de par en par.

Con amigos en Republica Dominicana

Íbamos a pasar la noche en una habitación anexa a la casa principal. Todavía en bruto contaba con lo básico, una cómoda cama, baño y un ventilador. Estábamos rodeados de verde. La tarde la pasamos aprendiendo junto al patriarca. Nos enseñó todos los cultivos que salpicaban las zonas comunes del terreno. Nos mostró los árboles donde crecían las frutas tropicales que saboreábamos en los jugos. También nos abrió orgulloso su tesoro: un espacio construido con madera en el que guarda a sus gallos de pelea. Aquí, en este país, las luchas a muerte de estos animales en los reñideros son parte de la cultura.

Zonas rurales de Republica Dominicana

Para el atardecer fuimos a un lugar que recomendamos encarecidamente, el Restaurante Aires de Montaña. En lo alto de una montaña que reina en el valle, y con un acceso difícil, es un pequeño secreto donde ver un precioso atardecer con vistas impresionantes y donde probar algunos de los mejores bocados del país. En su parte más alta, además, tiene una plataforma giratoria para ver el entorno en 360 grados.

A la mañana siguiente fuimos a conocer el gran valor de esta zona, su naturaleza. Primero fuimos a La Confluencia, un lugar al final del pueblo donde se unen dos de sus ríos. Cuando el agua corre suave, el baño es posible. Después, elegimos entre uno de varios saltos de agua que alrededor. Optamos por el más grande y de más complicado acceso, el Jimenoa I. Todo para estar solos. Después de 20 minutos de caminata y un pago de 100 dop, llegamos frente a la imponente cascada. Es cierto que no es la mayor atracción natural del universo pero es bonito en esta tierra de fuentes de agua.

Si os queda tiempo, también podéis ir a otros lugares de interés como al salto Jimenoa II y al salto Baiguate (ambos en la carretera de acceso al pueblo desde Santo Domingo). Para los que quieran invertir muchos pesos en deportes de aventura, en el Rancho Baiguate, referentes en la zona, ofrecen múltiples posibilidades: parapente, caminatas, paseos a caballo, rafting, mountain bike, safaris, entre otros.

Cascada en Republica Dominicana

Bahía de las Águilas, uno de los sitios más bonitos de Republica Dominicana

El Parque Nacional Bahía de las Águilas es el paraíso en la tierra, al encontrarse una de las playas más hermosas del mundo. Siendo sinceros, no estaba previsto en nuestro itinerario original. Desde donde estábamos, el centro del país, tardaríamos en llegar 7 horas por pésimas carreteras que exigen mucho al que conduce. Teníamos poco tiempo y era una gran inversión de tiempo y dinero. Desde el primer día veíamos los pros y los contras. Ninguno de los dos se decidía. Pretendíamos ir a la Oficina de Turismo de Jarabacoa para intentar despejar dudas. Aunque aparezca anunciada en revistas oficiales, ya no existe. Ninguna otra oficina respondía al teléfono. Se complicaba la cosa. Ya eran casi las 13h.

Paramos delante de una pastelería, cansados de la informalidad gubernamental de este país. Queríamos encontrar a alguien que respondiera por nosotros si ir o no ir a este lugar. Casi ningún dominicano de esta zona, por no decir ninguno, conocía la Bahía de las Águilas.

Una pareja extranjera, testigos de Jehová, que nos vieron desesperados con preguntas sin respuestas, nos ayudaron de inmediato. Nos metieron en su coche y nos explicaron que ellos sí habían estado y que teníamos que ir. Sin duda. Nos explicaron el mejor camino. Nos dijeron que podíamos llegar en una primera etapa a Barahona, la principal ciudad de la zona (4.30h) e incluso reservar en un hotel bueno y barato que conocían, el Hotel Playa Azul. Eso hicimos, reservamos.

Casi cinco horas después llegamos a Barahona, un pueblo sin interés alguno que es la capital de la región de Enriquillo. A pocas horas de Haití, ésta zona del país parece olvidada (el oeste). Las carreteras están repletas de agujeros/potoles. Los puestos militares desvencijados con una sola persona de guardia se suceden. Lo básico parece que no falta pero queda para mucho más.

Efectivamente, como habíamos concertado previamente, llegamos a la recepción del hotel. Frente a la playa, con piscina… estábamos soñando con entrar en la habitación y descansar después de la paliza en el coche. Pero la recepcionista, sin un buenas tardes por delante, dijo: “Hay un problema. No pueden alojarse en el hotel”. Pregunté qué ocurría. Y me respondió que “la luz se había ido, como casi siempre, y que el generador se había estropeado”. ¡Estábamos vencidos! Si bajaban el precio, nos quedábamos aún con velas. Pero nada. La negociación no es siempre fructífera en este país. Tuvimos que ponernos a buscar un nuevo alojamiento.

Hoteles en Republica Dominicana

Por suerte, a pocos kilómetros, encontramos el Daymon Blue. Ese día estaba cerrado porque celebraban la fiesta de cumpleaños del hijo del dueño, pero nos hizo el favor. Lo que prometían de la Bahía de las Águilas era cierto. No iba ser fácil. De hecho, nada excepcional lo ha sido, lo es ni lo será. 😉

A la mañana siguiente, desde bien temprano, empezó la aventura para poner rumbo a Pedernales, casi el último pueblo de la república, ya junto a la frontera con Haití (la isla está compartida por dos países). Un poco antes, en Cabo Rojo, es donde se ubica la Bahía de las Águilas. Desde Barahona aún quedan tres horas por una carretera estrecha sin asfaltar, llena de curvas y resaltos más animales salvajes.

El camino se hace entretenido por las fabulosas vistas del mar hasta el desvío al Cabo Rojo. En esta parte, donde la carretera se complica y se vuelve arena, te sientes en mitad de la nada. Si te soltaran allí, en un lugar donde no hay nadie, la temperatura roza los 40 grados, la arena es roja marciana y apenas hay cobertura, dirías que has llegado a Marte.

En barco por Republica Dominicana

Al final del camino, cuando aparece vida humana, se empieza a vislumbrar el mar. Un camping, el Eco Mar, es el único alojamiento que se ofrece para poder dormir por esta inhóspita área. Antecede al Rancho Típico, el lugar desde donde salen los botes a la Bahía de las Águilas. Desde aquí, de forma organizada y previo pago de 2.000 dop por barco (36 euros) más a la tasa medioambiental (100 dop, 2 euros por persona), comienza el viaje. El negocio, aunque abusivo con los precios, reconocemos que está muy bien montado. El dueño del restaurante y los barqueros realmente cuidan del entorno y eso es de agradecer.

Todavía no nos creíamos que tantas horas y kilómetros después estaríamos cerca del paraíso. La Bahía de las Águilas está considerada como una de las mejores playas del mundo y una de las playas que tiene el agua más cristalina del planeta. Solo unos metros después de habernos montado en la lancha pudimos apreciarlo con nuestros propios ojos. Ante nosotros se abría una imagen de postal. Una extensión de playa en forma de media luna con arena blanca y fina, agua cristalina extraordinariamente transparente, muy poca gente y excesiva naturaleza tras la línea de costa.

Playas de Republica Dominicana

Nos quedamos donde nos dejó el barquero. Al final de la playa. Solo teníamos nuestra mochila con agua, una sombrilla con la que improvisamos algo de sombra y mucho protector solar. Teníamos claro que el agua iba a ser nuestro sitio de recreo por el tiempo que pasáramos allí. No existe en el mundo, eso lo podemos asegurar, una piscina más magnífica que ésta. La sonrisa pícara de estar en un lugar mágico, se nos escapa. Aquí es complicado no ser feliz.

La Romana, Bayahíbe y Domincus

Al sureste de República Dominica se sitúa la segunda zona de playa más conocida del país, por detrás de Punta Cana. En la provincia de La Romana se encuentran algunos de los mejores resorts y zonas de baño de esta isla.

La Romana

De los tres lugares, tal vez, La Romana sea el menos entretenido para el viajero. Con varios resort de lujo, encabezados por la Casa de Campo, uno de los complejos más lujosos, su oferta se limita a la pulsera y actividades en torno a sus playas. Solo habría que sumarle Altos de Chavón, una réplica de un pueblo mediterráneo del siglo XVI. Lo más especial de este lugar es que es un espacio dedicado, eminentemente a la cultura. Sus calles están llenas de estudios de artistas. Por supuesto, también de tiendas que venden todo tipo de artículos.

Bayahíbe

Para nuestro gusto, para pasar varios días tranquilos, sin contar con el modelo resort, Bayahíbe sea la mejor opción. Este pequeño pueblo situado a pocos kilómetros de La Romana y a dos horas de la capital, ofrece muchas posibilidades para alojarse y es buena base para hacer actividades alrededor. Precisamente desde aquí parten todas las excursiones a Isla Saona, el principal reclamo de este pueblo de pescadores.

Atardecer en Republica Dominicana

Una vez que dejamos nuestras maletas en la que iba a ser nuestra morada, Villa Iguana, un hostel muy limpio, bien situado y con una terraza con piscina más terraza, nos fuimos a descubrir el pueblo. En esencia son cuatro calles, un bar animado cuando cae la noche en la plaza del pueblo, una playa pública y poco más. Pero el ritmo tranquilo, las opciones para mezclarse con los locales y la posibilidad de huir de los resorts por unos días, merecen una escapada.

Esa misma tarde aprovechamos para comparar entre los tour-operadores que hacen el archifamoso tour a Isla Saona, que precisamente salen de Bayahíbe. Queríamos saber cuál es el mejor tour a Saona. En esencia todos ofrecen dos paquetes básicos: visita a Isla Saona regular o visita VIP que incluye la visita al Canto de la Playa.

El plan es el que sigue: salida desde la playa en lancha, visita a varios puntos de la isla en función del programa elegido, almuerzo incluído, baño en piscinas naturales en medio del mar con estrellas de mar y vuelta con fiesta en catamarán.

Nosotros en Punta Cana

Para no hacer una excursión tan masificada de gente, optamos por la opción VIP. Con ella, además de ver la playa más bonita de Isla Saona, Canto de la Playa, estaréis más tiempo en la isla. Para elegir la empresa nos basamos en la calidad de los servicios, en el número de viajeros y en que no fuera todo el rato una fiesta en el barco como ocurre con algunas compañías.

Optamos por Capitán Gringo. Con equipo competente y atento, cumplen con todo lo que prometen. Llevan un guía a bordo que explica los sitios que se visitan. La comida, estilo bufete, está rica y es generosa. Y la animación, en el catamarán, con bebidas alcohólicas incluidas, se lo curra. El precio de venta es de 65 dólares pero si nos escribís un correo le podemos decir que vais de nuestra parte para que os hagan un descuento.

Si no te quieres complicar...

… Puedes reservar la excursión a isla Saona en catamarán desde este enlace. Reserva aquí directamente.

Las opciones para comer rico es otro de los motivos por los que nos quedamos tres noches en Bayahíbe. Las opciones son muchas y para todos los gustos. La colonia italiana es gigante en este pueblo y, por ende, los restaurantes italianos. Para algo rápido está bien de precio el “Mirkos pizza”. Si os gusta los spaguettis, Fedra, una italiana muy apañada, ofrece los más ricos de la zona en su spaguetteria… ¡Mamma mia! Pero si lo que queréis es comer una langosta fresca y barata o pescado de la zona, tenéis que ir a “Mama rosa”. La señora os ofrecerá lo que tenga del día que, seguro, está delicioso.

Dominicus

La tercera zona de playa de esta área es Dominicus. Esta urbanización con varios resorts y una buena playa al frente, es otra opción para visitar o alojarse, a solo 10 minutos de Bahayíbe. De más a menos las opciones para dormir son varias: Iberostar Hacienda Dominicus, Whyndham  Dominicus o el Catalonia La Romana.

Resort en Republica Dominicana

Pero, al final del pueblo, cuando termina la playa, está el verdadero tesoro de este lugar: Tracadero Beach Resort. El concepto de este establecimiento rompe por completo con el resort tradicional. Sus instalaciones dejan con la boca abierta. Con diseño italiano cuidado al detalle, ofrece al huésped una experiencia global y única. Sus habitaciones, repartidas en apartamentos y villas completas (con terraza y cocina equipada) se complementan con el resto de zonas comunes que brinda al viajero.

Lo que más impresiona, sin duda, es su beach club. Cuenta con seis piscinas saladas que simulan una playa y que se mezclan con el mar que está a unos pocos centímetros. También tiene una piscina de agua dulce. Y un restaurante donde probar exquisiteces como una parrillada de pescado y marisco, langosta incluida.

En este idílico lugar celebramos el cumpleaños de JP. Frente al mar, en una de sus piscinas, vimos el atardecer, sin sol, todo hay que decirlo, pero el más bonito del viaje. El cielo se rompió en mil tonalidades de naranja. Entre las nubes los rayos de luz peleaban por brillar. La calma de este lugar, la compañía, hicieron que quisiéramos que se parara el tiempo. En Tracadero Beach Resort también fuimos felices.

JP en Punta Cana

Punta Cana y Bávaro

Punta Cana

La famosa Punta Cana está en República Dominicana. Está gran urbanización inventada por un grupo de inversionistas (Grupo Punta Cana) no es la que siempre creen los viajeros visitar. El pueblo, el que la mayoría de turista conoce, es la ciudad de Bávaro, donde están instalados la mayoría de hoteles.

Dentro de Punta Cana, a donde se accede después de pasar un control de seguridad, los hoteles que hay son muy pocos y muy elitistas (Hotel Tortuga Bay, Hotel The Westin Punta Cana, Hotel Four Points by Sheraton y también el Club Med). Mira todos los hoteles de Punta Cana a los mejores precios y quien sabe si consigues una ganga. Precisamente, tener una playa pública en sus terrenos privados, Playa Blanca, es lo que hace que todo el mundo, sin excepción, pueda entrar en sus instalaciones. La playa no entiende de millonarios y, desgraciadamente, recibe muchos kilos de algas al día. Por lo tanto, a pesar de ser una playa bonita se desluce por esta razón.

Bávaro

A sólo 20 Kilómetros, en Bávaro, está lo que la gente mal llama «Punta Cana». En este pueblo donde se sitúan la mayoría de resorts de la zona, está la playa kilométrica que se reparten los alojamientos internacionales. Diferentes organismos también la consideran como una de las mejores playas del mundo pero, al igual que la de Punta Cana, también sufre la llegada de muchas algas y de aguas movidas en muchas épocas del año.

los sitios más bonitos de República Dominicana

Durante la costa, la playa recibe distintos nombres. La playa de Arena Gorda, a la que se accede pidiendo permiso en alguno de los resorts que cortan el camino, es la última y la que está más tranquila. El resto de playas, por orden desde ésta: Playa Blanca, El Cortecito, son las que le siguen pero tienen acceso desde hoteles privados. Justo después se abre un trozo de litoral público, que también puede visitarse. Y, por último, antes de alcanzar la laguna Bávaro, se llega al Resort de Barceló, también con playa privada.

Precisamente en Bávaro pasamos nuestro último día. Era el epílogo a nuestro tiempo en República Dominicana, un país de contrastes. Zonas turísticas y las que viven fuera de esta burbuja. Son dos mundos distintos, dos países. Una habitación en un resort cualquiera del país puede rondar los 300 euros la noche. Lo mismo que gana un policía al mes. Es un resumen de la realidad de esta isla caribeña. Unas zonas y otras han sido parte de nuestra aventura, de la ruta por los sitios más bonitos de la República Dominicana, aunque no estuviera en las guías.


Notas de interés

  • Tiene que tener en cuenta que aunque no sea necesario el visado al entrar en el país, hay que pagar por una tarjeta de visitante que cuesta 10 dólares. También se puede pagar en euros. Si quiere evitar la cola en el aeropuerto de Santo Domingo, vete a la máquina autoventa que las expende. Guarde 20 dólares para la tasa de salida. Si sale en avión no todos los vuelos la tienen incluida. Si sale en ferry, tendrá que pagarla seguro.
  • El transporte público no funciona muy bien en la isla y, sobre todo, no llega a todos los puntos. Si quieres conocer la isla a tu ritmo, la mejor opción es que reserves un coche. Además de precio que pagues por tu alquiler deberás sumarle, en destino, el pago obligatorio del seguro. Por razones obvias, los seguros son muy caros pero necesarios. Os recomendamos que alquiléis también un wifi portátil para poder tener siempre conexión GPS y no os perdáis. República Dominicana es seguro, si no te metes en el lugar equivocado.
  • Si llegáis a Santo Domingo y queréis ir a la zona de Punta Cana existe un buen servicio de autobuses públicos: Expreso Bávaro. Sólo tarda 3 horas y cuestan 400 dop (7 euros).
  • La sanidad en este país no tiene los parámetros a los que están habituados los viajeros que vienen de otros países. Por eso recomendamos que, antes de viajar, contratéis un seguro. Nosotros siempre lo hacemos y nos ha sacado de muchos apuros.
  • En República Dominicana aunque las playas estén en un resort privado, los primeros metros de costa son públicos (60 metros). Por tanto, aunque el guarda del lugar os intente echar, no puede hacerlo. Os podéis mover por la orilla sin problemas, bañaros en las playas que ellos llaman “privadas” y tumbaros en la arena. Os avisamos. La playa es de todos.

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15 comentarios en «Ruta por los sitios más bonitos de República Dominicana»

  1. Hola: me ha gustado mucho vuestro post. Está muy bien para un viaje corto, pero si hubierais tenido más tiempo, yo habría añadido algunos lugares más: Montecristi (espectacular El Morro), Samaná, Las Terrenas, Puerto Plata y Cabarete. Santiago, la segunda ciudad del país, tiene también su punto. Es más ordenada que la capital, desde luego. Aún así, Santo Domingo capital (si aguantas los tapones) tiene lugares geniales.
    Saludos y gracias!

  2. Soy de Costa Rica, pero tengo la dicha de vivir en Rep. Dominicana.
    No dejo de descubrir maravillosos lugares. Además de todo lo que se dice aquí, los invito a visitar el norte: Puerto Plata, Cabarete, Sosúa, Las Terrenas, Samaná…

  3. En este viaje nos llevamos esa sorpresa pero no ha sido la única ciudad sin transporte público desde el aeropuerto…aunque siempre hay alternativas!! 🙂 Y lo de Bahía de las Águilas…al más puro estilo Bolonia

  4. ¡Qué playas de ensueño! La arena blanca, el mar turquesa… ¡igual que en las fotos de las agencias de viajes! ?
    Nosotros aún no nos hemos animado a viajar a Latinoamérica, quizá porque ese ritmo «caribeño» y esas «tasas de entrada» nos asustan un poco… Y como el mundo es tan grande, siempre acabamos encontrando destinos alternativos. ? Habrá que echarle valor y cruzar el charco!

  5. Nos ha parecido increíble que no haya transporte público en el aeropuerto… Creemos que es el único páis en el que no hay, ¿verdad? ¡Menos mal que ya sabemos que alquilar el coche no es caro! Y nos encanta vuestro regateo en plan » si nos bajáis el precio nos quedamos aunque sea con velas», jajajaja ¡Muy bueno! Por favorrrr «Bahía de las Aguilas» queda apuntado como must see!!

  6. Un post muy completo. Solo oía hablar de Punta cana y evidentemente hay mucho màs. En esas playas espectaculares quien no se daría un baño aunque parece que los accesos son complicados, quizàs el precio que hay que pagar para estar tranquilos.

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