Descubre La Habana auténtica y su sabor añejo

La bienvenida a Cuba se llama La Habana. Esta capital es única y excepcional, no hay otra que se le parezca en el mundo. El tiempo no ha pasado en balde para esta ciudad caribeña. Hoy guarda en sus casas, palacetes y en sus calles el sabor añejo de un tiempo pasado que fue mejor. Los colores adornan en movimiento el centro en forma de coches clásicos. Los barrios parecen una película que nunca acaba. Los cubanos son vida, alegría y sabiduría.

Con este post te queremos contar nuestra maravillosa experiencia con el Club de la Aventura de Atomarpormundo en el corazón de la isla cubana. Y queremos hacerlo como más nos gusta. Vamos a descubrir La Habana de forma auténtica. Aquí comienza qué hacer en La Habana.

Foto: Aitor López de Audícana

Cómo llegar a La Habana

La Habana o Havana, según se escriba en español o en inglés, es la capital de Cuba. Aquí llegan la mayoría de viajeros que visitan la isla. Las mejores ofertas para encontrar vuelos low cost a Cuba las tienes aquí. En concreto arriban al Aeropuerto Internacional José Martí que no está conectado con transporte público con el centro de la ciudad. Toca, como en tantos sitios, negociar un taxi (25-30 CUC). O no, a través de esta plataforma puedes reservar un transporte con una tarifa fija.

Moneda de Cuba

Antes de elegir una forma u otra, llega la gran duda, ¿cómo cambio dinero en Cuba?, ¿es mejor llevar a Cuba dólares, euros o cambiar a la moneda local? Pues vamos por partes. En Cuba hay dos monedas, el peso cubano, que usan los locales, y el peso cubano convertible (CUC) que usan los extranjeros. Por eso, la única forma de poder pagar en la isla es cambiando tus euros por CUC. Desde hace poco tiempo no conviene llevar dólares porque penalizan el cambio con esta divisa. Y, sí, es mejor directamente hacer el canje en el destino. En la capital cubana es una buena opción para hacerlo.

Foto: Aitor López de Audícana

En esta ocasión, el grupo con el que viajamos en esta nueva edición de El Club de la Aventura de Atomapormundo, llegó en dos vuelos diferentes. El primero, que aterrizó un día antes, tuvo más tiempo para adaptarse al asfixiante calor que atrapa al visitante. Supieron usar sus herramientas desde el primer segundo. Comprar mucha cerveza Cristal y Bucanero. También tuvieron un día extra para descubrir otros lugares que ver en La Habana. Quisimos reservar la parte colonial para cuando estuviéramos todos juntos. Así que empezamos por el final.

Que ver en La Habana

Antes de conocer La Habana Vieja, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, quisimos hacernos una idea de la ciudad al completo. Por eso, subimos a su mirador oficioso, el punto más alto, el Restaurante La Torre, en el edificio Focsa (abre a las 12 y la entrada es gratuita). Merece mucho la pena llegar hasta allí. Está en el barrio cosmopolita del Vedado.

Para la tarde ya estábamos todo el equipo al completo junto. Todos menos Carlos, que era Estrella (*declaraciones de la expedicionaria en los comentarios :), pero eso es una historia más larga. Nos unimos en nuestro cuartel general en La Habana, en el Paradise Hostel (Calle San Miguel, 561), una antigua casa colonial muy limpia regentada por una Yanet, una joven emprendedora cubana. Y lo mejor, con una terraza para tener las charlas al fresquito, deporte nacional en este país.

• Hay muchas maneras de alojarse en Cuba. La posibilidad de dormir en hoteles, sobre todo, en las grandes ciudades, es interesante. También la de aprovechar un buen resort en la zona de playas y cayos.
• La otra forma, cada vez más popular entre los viajeros, es la de dormir en casas particulares de cubanos. Lo ideal es hacerlo en las que están regularizadas (hay muchas). Llegar a ellas no siempre es fácil, pero hay tantas que nunca te quedarás sin ellas. En La Habana dormimos así y fue toda una experiencia religiosa.

La primera noche en La Habana, Cuba, fue complicada. El jet lag hizo que todos nos desveláramos a partir de las 3 de la mañana. El calor tampoco acompañaba. A las 6 de la mañana, el hostel, que lo tenía en exclusiva para nosotros, parecía la estación de metro de Sol en plena hora punta con todos los expedicionarios despiertos y preparados para visitar La Habana.

Por San Miguel se llega al Parque Central, punto de inicio de un buen tour por La Habana Vieja, cruzando Galiano. En este parque, frente al Capitolio, está una de las imágenes bucólicas de la capital. Más adelante, el Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba y el Hotel Plaza. Los coches clásicos de colores (almendrones, a partir de 40 dólares la hora) alineados delante del Gran teatro de La Habana. El sol se refleja con fuerza en las carrocerías de estos vetustos cacharros. Verdes, rosas, azules… son los que dan color a un centro histórico de La Habana majestuoso venido a menos con el paso del tiempo y las revoluciones.

Como si de imanes se tratara, en el centro de La Habana gastamos miles de fotos sin poder separarnos de los coches. La primera MJ y su coche de color rosa. Solo media hora después, conseguimos continuar. Fuimos descubriendo rincones cualesquiera con sabor por sus calles junto a Eddy, nuestro gran guía. Así, Calle Obispo arriba, alcanzamos la Plaza de la Catedral, un museo al aire libre del barroco cubano, donde se encuentra la Catedral San Cristóbal. Junto a este emblemático lugar, se encuentra una de las mecas del turismo, La Bodeguita del Medio. Es obligada su visita, aquí se inventó el mojito pero, ya os advertimos, el ambiente guiri ha anulado todo encanto a este lugar.

Foto: Aitor López de Audícana

Las plazas, referencias en una buena visita por La Habana Vieja, marcan nuestros pasos. La tercera, y centro neurálgico de esta parte de la ciudad, es la Plaza de Armas. Allí se congregan los locales para charlar, para tomar el fresco o para conectarse a internet. Además del Castillo de la Real Fuerza, que ocupa una de las esquinas, no dejes de ver la calle Cuba Tacón (delante del Palacio de los Capitanes Generales). Para acabar la visita otra plaza, la Plaza Vieja, paradójicamente la más modernas de todas las que hay.

No estaba previsto pero acabamos la tarde montados en un barco. Los viajes del Club de la Aventura tienen mucho de saber aprovechar los momentos. Nos sobraba tiempo e inventamos un viaje a Regla, un municipio de La Habana en donde se venera a la Virgen del mismo nombre, que también tiene tanta devoción en Chipiona, Cádiz. El paseo en ferry por pocos pesos es muy recomendable (se toman desde la Terminal de Ferries).

Teníamos el olor a sal ya impregnado en la ropa y era obligado pasear por el Malecón por la plaza San Francisco de Asís antes de volver a nuestro hotel. Caía el sol y los pescadores se arremolinaban sobre la balaustrada que da al mar. Dicen que es el reflejo de Cádiz en el Caribe. También vale si se dice al revés. Fue la manera de terminar un día completo. Allí vimos el mítico Hotel Nacional de cinco estrellas. De lo imprescindible solo faltaba el Museo de la Revolución, la Plaza de la Revolución y el Floridita, el lugar que hizo famoso Hemingway. Un auténtico daikiri al son de la música cubana fue el final para unos cuantos.

Foto: Aitor López de Audícana

Que hacer en La Habana

Al día siguiente queríamos descubrir otra Habana más alejada del turismo y del convencionalismo. Empezamos por el Callejón de Hamel. Situado entre las calles Aramburu y Hospital, este callejón perdido es un lugar mágico que había que descubrir. Repleto de murales, pinturas y esculturas, se ha convertido en un templo de la cultura afrocubana. Fue Salvador González Escalona, un artista cubano quien ha conseguido que este sitio trascienda en lo cultural para convertirse en un punto de encuentro en el barrio para niños y mayores. Desde los 90, gracias al arte cubano han conseguido que muchos jóvenes se aparte de lo malo y se acerquen a lo bonito de la vida.

Foto: Aitor López de Audícana

Esta visita, que nos dejó a todos un poco tocados, fue el prólogo a lo que venía después. De la mano de Eddy, nuestro anfitrión, descubrimos mercados sin nombre, puestos de fruta en la calle, gente con la que charlar un buen rato y un sinfín de lugares banales que no vienen en las guías y que a nosotros nos supo a pura Cuba. Parecía el rodaje de una película. La luz era perfecta, los extras salían en el momento justo, los diálogos eran adecuados…

El almuerzo, inolvidable, lo hicimos en una de las pizzerías a la que van los locales para matar el hambre. Bueno, realmente comimos en un videoclub. Sí, tal cual. Junto al puesto de pizzas, un señor tenía montado su “top manta” alegal particular. En un rincón, bien cómodos, y entre clásicos del cine y la música, íbamos devorando nuestra pizza margarita.

Foto: Aitor López de Audícana

Era nuestro último día en La Habana y para la noche había preparado un plan muy especial. Cuba es su cultura, su música, su gente, su comida y su mojito. En el Restaurante Casa Cantabria (en calle Neptuno, muy recomendable para cenar), preparamos un taller para preparar el mítico trago cubano. No nos queda claro si la gente aprendió al cien por cien pero la diversión estuvo garantizada. Sonó la música, bailamos y… terminamos jugando al juego de las sillas.

Notas de interés en La Habana

• La conexión wifi es muy deficiente en este país. Para conectarse hay que hacerlo en puntos wifis distribuidos en algunos locales y plazas de todo Cuba. Previamente, hay que comprar, en la empresa pública ETECSA, unas tarjetas por 1,5 CUC que sirven para una hora de conexión. Solo se pueden comprar tres por persona y día bajo presentación de pasaporte (os recomendamos que compréis cada vez que tengáis oportunidad). La otra opción es comprar de reventa en las mismas plazas por el doble del precio oficial.

• En Cuba es muy difícil pagar con tarjeta por eso es imprescindible llevar siempre efectivo. Llevad siempre CUC encima.
• El transporte público en la isla no funciona especialmente bien. Entre ciudades existe un servicio muy cómodo y fiable de buses turísticos que se llaman Vía Azul. La otra opción para moverse es la de alquilar un coche y moverse de forma independiente, una idea magnífica porque las carreteras están muy tranquilas, los paisajes son preciosos y las oportunidades por el camino son muchas. La última posibilidad sería probar suerte con el auto-stop.
• Hay muchas maneras de alojarse en Cuba. La posibilidad de dormir en hoteles, sobre todo, en las grandes ciudades, es interesante. También la de aprovechar un buen resort en la zona de playas. La otra forma, cada vez más en boga, es la de dormir en casa particulares de cubanos. Lo ideal es hacerlo en las que están regularizadas (hay muchas). Llegar a ellas no siempre es fácil, pero hay tantas que nunca os quedaréis sin ellas. Preguntadnos. Id sin miedo y disfrutad.

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