Java, Indonesia en estado puro

Un enorme desconocido se venía sobre nosotros, Java en Indonesia. Además de todo lo leído en las guías y lo que nos han habían contado algunos amigos, poco más sabíamos. El colosal país insular compuesto por unas 17.500 islas tiene mucho por enseñar al mundo más allá de los clásicos destinos turísticos, como Bali. Hace falta tiempo, mucho tiempo, pero el esfuerzo merece la pena. Hoy te hablamos de todo lo imprescindible que ver en Java, como los volcanes, los templos y la capital, Yakarta, que se encuentra aquí.

Para empezar por algún sitio de Indonesia durante nuestra vuelta al mundo decidimos hacerlo en la isla más poblada del planeta, Java (124 millones de habitantes). La cuestión logística hace que las conexiones (en nuestro caso volábamos desde Tailandia) al país indonesio sean más fáciles y baratas volando a la vecina isla de Bali. Pero, afortunadamente, gracias a las compañías low cost como Air Asia, la oferta de vuelos a Java es también enorme. No obstante, en nuestro caso, llegamos al Aeropuerto Internacional de Denpasar, la capital balinesa.

De allí, después de una magnífica noche en el aeropuerto, teníamos que reponer fuerzas antes de viajar a Java. Lo hicimos durante una jornada en un lugar donde no te podemos recomendar, la ciudad de Kuta, al sur de Bali. Ajetreo, extranjeros solo ávidos de cerveza, puestos callejeros interminables, playas de aprobado raspado y caza al turista. Aún así a todo se le puede buscar la parte positiva.

Eso sí, descansamos en un hotel con una excelente relación calidad precio, Kedin´s Inn, y pudimos vivir la bonita experiencia de una suelta de tortugas gracias a la Bali Sea Turtle Society.

Cómo llegar a Java desde Bali

Ahora sí, con el cuerpo y la mente repuestos, pusimos rumbo a Java. No buscábamos playas en Java; nuestro gran desafío era rebajar la diferencia entre el precio oficial para turistas y los precios locales.

El precio del bus/transfer para dos personas desde Kuta a Java oriental (al este de Java) es de 600.000 rupias (37 euros, 4 horas). Empieza nuestra aventura:

• bemo (mini furgoneta que hace las veces de bus local) a la ‘Estación de Tegal’ en Denpasar 15.000 rupias (0,90 euros) +
• bemo de la ‘Estación de Tegal’ a Ubun 10.000 rupias (0,60 euros) +
• autobús local a Bayuwangi pasando antes por Gilimanuk (lugar donde se cogen los ferries de Bali a Java) con billete de barco incluido 150.000 rupias (9,2 euros). En total 175.000 rupias (10,7 euros, 6 horas).

¡Reto conseguido!

Qué ver en Java: Banyuwangi

Ahora sí, ya en Java, antes de llegar a Banyuwangi, la ciudad dormitorio para visitar el famoso Kahaw Ijen, nuestro objetivo, teníamos que buscar alojamiento y gestionar la excursión al volcán de azufre más impresionante del mundo. Estábamos tranquilos.

Habíamos leído en varios blogs que un tal Fendy, un indonesio avanzado, aparecía como por arte de magia cuando llegaban turistas a su tierra en el ferry, en la recepción del hotel o de camino al mismo. Efectivamente cuando íbamos en un bemo hasta nuestro hotel se puso en paralelo con su moto para saludarnos y preguntarnos dónde íbamos. Casi se cae de la moto (literal) cuando lo saludamos nosotros más efusivamente por su nombre. Él quería algo de nosotros y nosotros algo de él, por lo que nos entendimos, pero el interés en este país, y por ello lo de contar la historia, siempre está latente.

En lugar de dejar las maletas en el hotel las dejamos en casa de Fendy (él es couchsurfer) y nos llevó como bienvenida a otra suelta de tortugas que había organizado la Banyuwangi Sea Turtle Foundation.

Tuvimos la gran suerte de charlar con unos colegas periodistas en la espera a los políticos (esto es universal en el mundo entero), con varios jóvenes scouts que iban a participar en la actividad y con varios locales. Fue el momento más genuino del día. Tras ello pudimos bautizar a dos pequeñas tortugas, «Atomarpormundo» y «Java», que ya nadan por los océanos del mundo.

Hoy no tocaba dormir y teníamos cansancio acumulado. Sólo tumbarse unas horas.

Volcán Kahaw Ijen

La excursión al volcán Kahaw Ijen, uno de los lugares obligatorios que ver en Java, comienza a la 1 de la madrugada. Para llegar hasta allí (20 kilómetros de Banyuwangi) solo puede hacerse en 4×4 ya que no existe transporte local. El precio del servicio ronda las 500.000 rupias (15 euros). Además se puede contratar los servicios de un guía antes de comenzar la ascensión (saben poco inglés y tienen pocos conocimientos en general) por unos 200.000 rupias (12,3 euros).

Fandy, nuestro anfitrión y guía, no es tonto y tanto su nivel de inglés como los conocimientos del volcán y de los trabajadores lo hacen imprescindible, por ello lo de buscarlo a conciencia… La contratación del guía no es obligatoria, la entrada al parque 15.000 rupias (0,90 euros) por persona y el acceso de cámaras 30.000 rupias (1,8 euros), sí.

El reloj marca las dos de la madrugada. Comienza la ascensión. Hace frío, vamos en busca de los 2.799 metros. La razón por la que caminamos tan temprano es sencilla, sobre las 4 de la madrugada se produce una reacción química en el lago del volcán que ofrece un espectáculo único en el mundo, las llamas azules (blue fire). Tras 45 minutos a ritmo calmado empieza a cambiar el aire que respiramos. El azufre penetra fuerte en nuestros pulmones.

Sólo faltan 10 minutos para llegar. Antes de las tres estamos frente al volcán. De lejos podemos apreciar los destellos. Queremos bajar, como siempre se ha hecho de forma extra oficial pero desde hace dos días lo habían prohibido. Al parecer subieron los niveles de azufre y el Gobierno indonesio creía, en ese momento que no era conveniente bajar (no avisan en la entrada, por supuesto). Intentamos hacer todo lo posible y un poco más para convencer al guarda-parques que resguardado en una manta solo sabe negar con la cabeza. Es imposible, sólo podemos verlo en la lejanía. Por la mañana tampoco podremos descender al lago del interior del cráter… El Gobierno se puso serio, y eso que se llevaban años y años haciéndose. Mala suerte. O buena, quién sabe.

Mientras, junto a los visitantes, el casi centenar de trabajadores que día tras día luchan por sacar el azufre del volcán, comienzan su actividad. Para ellos, unos sufridos trabajadores (probablemente sea el trabajo más duro del mundo), no hay prohibición para bajar a pesar de que ninguno cuenta con un misero beneficio social, no tienen cobertura médica y su esperanza de vida no supera los sesenta años a cuenta de los temidos gases. El sol nace al otro lado de la montaña pero no para ellos.

A pesar de que nunca pierden la sonrisa y ven la vida con optimismo («por lo menos tenemos un trabajo, dicen al unísono») su vida es gris y polvorienta por culpa de la empresa china que los explota y el Gobierno Indonesio que lo consiente. No hay burros, aunque sería muy sencillo, porque los turistas se quejaron un día de las heces que dejaban por el camino y el Gobierno «actuó». Los mulos de carga tienen nombre y apellido. Cada día, sobre sus hombros, cargan más de 80 kilos de azufre en cestas elaboradas por ellos. Por esa carga cobran céntimos que sumados no llegan ni a una décima parte de un salario digno. Con el que convivimos toda la mañana se llamaba Ahman, tenía 28 años y cargaba 86 kilos en un hombro que ya no siente.

Con el agrio sabor de lo que está detrás del azufre terminamos la visita (se usa en gran medida para prescindibles productos de belleza). Ellos al día siguiente también tendrán que subir y bajar dos veces con su injusta fortuna sobre la espalda.

Nos duchamos aunque no servía de nada. El olor persiste a pesar de los días.

Qué ver en Java: Probolinggo

Y ponemos rumbo, de nuevo en transporte local, hasta Probolinggo (cada billete 50.000 rupias, 3 euros, 7 horas). Llegamos destrozados, sin apenas fuerzas para encontrar un hotel. Caminamos sin rumbo junto a la estación (terminal Bayuangga) y encontramos algo digno, el Happy House BnB Bromo backpacker. Allí cayeron nuestros huesos rotos sin solución.

Indonesia es el país con más volcanes en activo del mundo. Probablemente el Bromo, al noreste de la isla, sea el más conocido y un imprescindible que ver en Java en nuestra visita.

Probolinggo es la ciudad a la que se llega desde los diferentes puntos de la isla pero Cemoro Lawang (1 hora de viaje) es el pueblo desde el que se accede al volcán. Habíamos pensado pasar allí una noche (es lo ideal) pero esos días se celebraba un importante festival de música, el Jazz Gunung, que agotó todas las camas disponibles. Tuvimos que apostar por el transporte de ida y vuelta.

Hacerlo de forma local es sinónimo de armarse de paciencia. Junto a la estación de buses de Probolinggo se ponen las furgonetas que suben hasta el pueblo del volcán. Hay que esperar a que se llene o, en su caso, pagar el resto de pasajes que falten antes de partir. Nosotros, lógicamente tuvimos que esperar pero ésta fue más amena gracias a la charla con Timoteus, un artista indondesio que iba de camino al festival.

Volcán Bromo

Una vez en el pueblo hay dos visitas imprescindibles, el mirador del cráter del Bromo (hay dos, el primero se sitúa más alto, hay que ir en coche o en moto y es donde llegan las ordas de turistas, y el segundo más bajo, más tranquilo, cercano y accesible a pie desde el pueblo) y el Bromo en sí mismo.

Para lo primero sólo hay que caminar carretera arriba dejando al lado izquierdo el volcán hasta el mirador. Luego, para visitar el Bromo de forma alternativa y GRATIS hay que evitar el control de acceso que hay pasando el Hotel Cemara Indah. Para ello, una vez que se baja del segundo mirador, hay que atravesar un campo y bajar hasta el cráter del volcán. Sólo hay que explorar un poco, pregunta a los locales y listo. Te ahorrarás la entrada que hay que pagar para acceder al Bromo: 217.000 rupias (13,5 euros) si vas entre semana y 317.000 rupias (19,6 euros) si lo visitas el fin de semana.

Una vez superado, poco a poco se camina por el desolador paisaje que rodea al Bromo. Arena oscura, polvo, caballistas bien ataviados frente a las inclemencias del tiempo y una imagen imborrable. Sólo quedan unas rampas y una empinada escalera para que estemos en los labios del Bromo. Desde lo más alto, a sólo algunos metros del humeante cráter del volcán, se divisa una estampa única. Estamos solos, no hay nadie. Lo sentimos, lo vivimos. Caminar sobre los labios es un ejercicio mortal de equilibrio (sin cuerdas ni barandillas) pero algo dentro ti te manda a hacerlo. Es la naturaleza en su estado más puro y salvaje.

Qué ver en Java: templos y palacios

Si tienes tiempo, no como nosotros porque nos esperaban otras islas de Indonesia, te recomendamos visitar la ciudad de Yogyakarta, en el centro de Java hacia el sur, famosa por sus artes tradicionales y su patrimonio cultural (no te olvides de Kraton).

Muy cerca se ubican Borobudur y Prambanan, dos de los templos más impresionantes de Asia (hindús y budistas) y dos imprescindibles que ver en Java.

A dos horas de Yogyakarta se encuentra Surakata, una ciudad con templos increíbles y varios palacios. Asimismo, puedes tomar un tren de Yogyakarta a Yakarta, la capital de Indonesia, ubicada en casi el extremo occidental de la isla, al oeste de Java, donde podrás conocer más sobre la historia de país y esa mezcla entre lo colonial y lo moderno.

La vuelta a Bali fue otra aventura. Lo volvimos a intentar por nuestra cuenta y hasta Gilimanuk, el puerto de entrada a la famosa isla, todo fue bien. A partir de ahí, todos los transportistas de la ciudad, confabulados entre ellos para engañar al turista, nos pedían el triple del precio del billete hasta Denpasar (60.000 rupias en vez de 20.000 rupias). Nos negamos en rotundo. Empezamos a caminar por la carretera para probar suerte. Los pocos que se paraban eran para pedirnos aún más dinero. La tarde caía y ya teníamos asimilados que íbamos a dormir al raso de forma improvisada con nuestros sacos. Pero nuestra fortuna nos sonrió. Una profesora universitaria de Yakarta y su marido militar nos abrieron las puertas de su coche para llevarnos con ellos. ¡Los buenos volvieron a ganar!

Gastos de viaje en la isla de Java (precios 2014)

• Día 1: transporte aeropuerto 40 rupias (2,4 euros) + comidas 215 R (13,3 euros) + varios 15 R (0.90 euros) + alojamiento 200 R (12,3 euros). Total: 470 R (29,1 euros)
• Día 2: transporte local en total a Bamyuwangipara dos personas 175.000 R (10,7 euros) + comida 25 R (1,5 euros): Total: 200 R (12,3 euros) 7 Excursión a Kahaw Ijen con entrada y pago por acceso de cámara para dos personas 750.000 R (46 euros)
• Día 3: bus local a Probolongo 100 R (6 euros) + comida más barata de este viaje para dos personas con dos platos y agua 14R (0,85 euros) + cena 55 R (3,4 euros) + varios 10 R (0,60 euros) + alojamiento 150 R (9,2 euros). Total: 339 R (21 euros)
• Día 4: transporte local a Cemoro Lawang ida y vuelta 80 R (5 euros) + alquiler moto 50 R (3 euros) + varios 10 R (0,60 euros) + comidas 60 R (9,2 euros) + alojamiento 150 R (9,2 euros). Total: 340 R (21 euros)
• Día 5: transporte local hasta Gilimanuk + alojamiento en Denpasar 135 R (8,3 euros). Total: 226 R (14 euros)

* Los precios locales están expresados en miles de rupias (40 equivale a 40.000 y así sucesivamente)

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