El viaje que me trajo al mundo: resultados de mi test del ADN

Actualización: 24 septiembre, 2024

Siempre he sentido curiosidad de saber de dónde vengo y de quiénes fueron mis antepasados… porque mi genealogía contiene mi historia. ¿Quiénes eran?, ¿qué hacían?, ¿vivían en el mismo lugar? Y, ¿cómo llegó todo hasta mi? Partiendo de los datos personales propios es posible ir conociendo las personas de las que descendemos, desde las más próximas a las más lejanas. Pero las lejanas hasta un límite, como mucho hasta mis tataraabuelos… Pero hace poco descubrimos que a través de los tests del ADN de los individuos se pueden conocer los orígenes desde el inicio. Una genialidad.

A raíz de estar nominados en los Premios Bitácoras 2016 al ‘Mejor Blog de Viajes’, Momondo, el comparador de vuelos y una de las empresas patrocinadoras del evento, nos regaló un par de tests del ADN con el propósito de conocer cuáles eran nuestros orígenes y de cuántas partes del planeta provenimos ancestralmente para luego darlo a conocer. Y, claro, la oportunidad no quisimos desaprovecharla.

En el caso de JP los datos estaban claros. Un 92 por ciento de sus antepasados provenían de Europa pero en los comienzos más primarios de su historia estaba lo curioso. El test decía que sus ancestros estaban en Asia, en Chechenia y en Sindh. De Chechenia sabíamos algo, un trocito de Rusia, pero de Sindh no teníamos ni idea de dónde ubicarlo. El mapa dio la respuesta: sus orígenes también estaban en ¡Pakistán!

Mi rastro genético era parecido, como puedes ver en la imagen de abajo. El 94 por ciento dice que soy Europea y de ese porcentaje, la mitad señala que provengo de la Península Ibérica, el dato más reciente. La otra mitad que procedo de Italia y/o Grecia y, además, para mi sorpresa, de Irlanda. Las pruebas genéticas sugieren que muchos irlandeses tienen sangre ‘vikinga’, aquellos ‘piratas del norte’ que se definen por su movilidad.

Estadistica Mi Viaje del ADN

Es curioso cómo un poco de saliva te puede ofrecer todas referencias de personas que son tu familia, que no conoces y que han hecho que tú hoy estés aquí. Una parte de mi también es asiática, no oriental, pero sí de Asia central. La prueba no desvela si de algún país de los terminados en -istán. Y tampoco por cuáles países se movieron mis antepasados en África, el origen del ser humano.

Desde siempre, el ser humano ha querido saber de dónde viene. No solo a qué familia pertenece, sino más allá. ¿Cómo apareció sobre la faz de la Tierra? En este sentido, los modernos procedimientos genéticos han supuesto un impulso fundamental para la investigación de nuestro pasado. Ahora es posible reconstruir las relaciones de parentesco, rastrearlas a lo largo de decenas de miles de años y leer en el ADN los movimientos migratorios de los pueblos prehistóricos. Es decir, ahondar como nunca en las claves de la evolución.

La teoría aceptada hasta la fecha sostiene que, entre seis y siete millones de años atrás, una rama de primates del este de África empezó a evolucionar en una doble dirección. chimpancés y bonobos, por un lado; los humanos, por el otro. La genética se ha convertido así en la rama de la ciencia que está escribiendo las páginas más emocionantes de la historia de nuestra especie.

Pero atención, la genética ya es un tema complejo por sí solo, y se complica todavía más con la amplia oferta de empresas que se dedican al estudio del genoma, la imprecisión de la información ofrecida y la variedad de tipos de análisis que podemos elegir (hay pruebas de ADN que determinan tus orígenes étnicos, otras ofrecen información genética sobre salud, mientras que otras están centradas en el estudio de la nutrigenética, tu capacidad deportiva o tu piel). La pregunta se hace evidente: ¿cuál elegimos? Momondo tenía acuerdos con Living ADN (160 €) y con ellos nos fue genial.

Es llamativo, además de interesante, comprobar cómo cada uno de nosotros podemos contener en nuestro propio ADN rastros genéticos de lugares y personas que nada tienen que ver con nuestra forma de ser y pensar.

Precisamente se habla de esto en la campaña publicitaria, ‘El viaje del ADN’ (The DNA Journey), puesta en marcha por Momondo a nivel internacional, en el que encuestaron a un grupo de personas que decían qué nacionalidades les causaban más rechazo. Tras realizarse una prueba de ADN, la mayoría descubrieron que tenía mucho en común con aquellos a quienes tanto detestaban. El mensaje que se lanza es que si viajáramos más seríamos muchísimo menos intolerantes. Este es el vídeo con subtítulos en castellano:

YouTube video

Sin duda, viajar por el mundo me ha hecho mejor persona (aunque suene a pedante). Quizá ya lo traída de pequeña, quizá no. Yo, María José Morón Gómez, nací en Aznalcázar (Sevilla) el 22 de mayo de 1985. Desde muy niña he vivido en diferentes municipios andaluces, debido a los cambios de destinos de mi padre. Gracias a él, Juan Morón, Guardia Civil, y a mi madre, Carmen Gómez, pude conocer nuevos lugares, costumbres y personas. Primero estuve en Huelva capital durante seis años, luego pasé otros seis por Facinas (Cádiz), un par de años en Carmona (Sevilla) y más tarde en Sevilla dónde terminé asentándome definitivamente desde 1999. Si en estos pocos de años he residido en tantos sitios, ¿en cuántos emplazamientos concretos lo habrán hecho mis antepasados en todos estos cientos de siglos?


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