Cómo navegar en barco sin carné: cruceros fluviales por Europa

Actualización: 25 enero, 2023

Los cruceros fluviales, cruceros por los canales de ríos, o lo que es lo mismo, el turismo fluvial, está de moda. Encima es asequible y fácil de usar. Así que, ¿por qué no una escapada por algunos de los miles de kilómetros de canales que hay por Europa? Nosotros lo probamos en nuestra Expedición de El Club de la Aventura por Francia y fue una pasada. ¡Sí!, en Francia también hay canales.

Así como en otros países europeos el turismo fluvial está muy desarrollado, en España aún es una forma de viajar desconocida para muchos. Por eso nosotros, en este caso apostamos la organización del viaje a la empresa DAN FLUVIAL, la más experimentada y, a diferencia de la mayoría, la única que atiende desde España y en español. Ellos son una agencia especializada en turismo fluvial y alquiler de barcos en ríos y canales de Francia y Europa, sin la necesidad de permisos de navegación ni ningún tipo de licencias para manejar estos botes.

Cruceros fluviales Francia

Los países que pueden visitarse con esta fórmula de viaje son Francia, Italia, Inglaterra, Irlanda, Escocia, Bélgica, Holanda, Alemania, República Checa o Polonia, entre otros. Y las opciones, ¡miles! Turismo gastronómico, en plena naturaleza, pesca de salmón salvaje o, simplemente, a tu aire para hacer cada día lo que te apetezca.

Nosotros queríamos conocer un vecino país, ignorado para muchos, Francia. Pretendíamos aprender y también romper algunas de las decenas de mitos que arrastramos de los franceses y su tierra. Por ello elegimos una zona poco conocida y rural, la Franche-Comté. Al este de Francia, entre Suiza y la región de la Borgoña, este enclave alejado del mundanal ruido de las grandes capitales, sorprende por su calma y sus paisajes.

Cruceros fluviales Francia

Este plan de ocio es muy versátil para hacer en familia, incluso con los más pequeños de la casa, con amigos, o como escapada romántica… que además permite la posibilidad de hacerlo durante un fin de semana, una semana o mucho más tiempo.

Y por el precio, lo mismo que nosotros nos preguntábamos, ¡no te asustes! Se pueden encontrar barcos low cost. Podrás encontrar chollos desde 400 euros un fin de semana u 800 euros la semana completa con barcos con capacidad para 3-5 personas. También hay barcos de hasta 12 plazas para grupos en los que se pueden repartir los gastos. Y está todo incluido, las habitaciones de este particular hotel flotante, la cocina para prepararse cualquier producto de la zona, el baño, y la cubierta, por si te apetece una copa por la noche bajo las estrellas. Eso sí, debes hacer caso a los siguiente.

¿Cuándo ir?

Los canales de Francia abren desde Semana Santa hasta finales de octubre. Los meses de julio y agosto son los más caros pero también los que aseguran mejor clima. Nosotros fuimos en el puente de octubre.

¿Qué barco elijo?

Existen multitud de modelos. Lo primero que hay que saber es el número de personas que van a viajar. En función a ello la disponibilidad será distinta. Si se navega en verano o en países con clima bueno es conveniente reservar un barco en el que se pueda usar la cubierta (la parte exterior) y la terraza que suelen tener.

Además será conveniente contratar un barco con doble cabina de pilotaje (una interior y otra exterior). La velocidad es la misma en todos, unos 8-10 kilómetros/hora, por lo que eso no es determinante. En ocasiones las compañías marcan con estrellas el confort (1 estrella lo mínimo y 5 estrellas lo máximo). Todos disponen de cocina y baño.

Hay barcos que ofrecen la posibilidad de convertir el salón en dormitorio. Esto puede hacer más incómoda la estancia pero también abarata el precio porque se dividen los gastos entre más personas. Nosotros, amantes de los viajes low cost, apostamos por tener salón convertible (éramos 12 personas). Son sólo 2 minutos los que lleva cambiar el salón a dormitorio. ¡Todos a una!

Nuestra experiencia

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Con todo ya listo pusimos rumbo a París, la mejor y más barata puerta de entrada a Francia desde España. La corta estancia en la capital la aprovechamos. Nuestras primeras horas en la ciudad más visitada del mundo la usamos para ver sus principales monumentos y algunos de sus cientos de hermosos rincones. Lo hicimos con Joni, nuestro guía y representante de la empresa. Un auténtico crack que conocía la ciudad como la palma de su mano. Todavía nos acordamos de su inquietud y la pasión que le ponía a las explicaciones.

Que ver en Paris

Por la tarde, desde la estación de Gare du Lyon, tomamos el tren rápido que nos llevaba a Dole, el pueblo donde estaba la base de nuestro barco. La empresa propietaria de los barcos, Nicols, con más de 30 años de experiencia en el sector, nos dio la bienvenida. Tras una pequeña charla técnica sobre nuestro crucero y la navegación por los canales, cada grumete se puso en su puesto, soltamos los cabos y emprendimos la marcha.

El primer reto, superar la primera esclusa, llegó pronto. Este mecanismo de compuertas que sirve para pasar de un tramo a otro con distinto nivel puede ser mecánico o automático. La primera vez cuesta cogerle el ‘truquillo’, como nos costó a nosotros, pero después fue ¡facilísimo!

Los horarios de las esclusas marcarán vuestro viaje. Suelen abrir a primera hora de la mañana y cierran cuando se va la luz. Nosotros aprovechamos todas las horas del días, de las primeras claras hasta que el semáforo en rojo marcaba que las esclusas ya estaban cerradas. No queríamos perder un minuto de la apasionante navegación por los canales.

Esclusas en Francia

A la mañana siguiente, con una espesa niebla, que a pesar de eso permitía la visibilidad, pusimos rumbo a St Jean-de-Losne por el mítico Río Saona. Empezamos a dejar atrás puentes que parecían imposibles de cruzar. Cuando lo conseguíamos, la alegría era mayúsculas. Sin prisas íbamos haciendo horas de navegación (es la forma de contabilizar la gasolina en estos barcos). A nuestro lado, un hermoso carril bici que usamos con las bicicletas que alquilamos en la empresa.

Ruta en bici

La vida en equipo tal vez sea lo mejor de esta experiencia. Con toda la tripulación ya entregada, tuvimos nuestro primer almuerzo. Era octubre, el puente, pero el sol pegaba. Sacamos las mesas a la terraza y almorzamos… una mezcla de gastronomía española (rica paella) con productos franceses, mostaza de Dijon, crepes, etc.

Ya de noche atracamos en Auxonne, la que se conoce como la ‘Joya del Valle del Saona’. Así nos lo marcó con acierto nuestra guía fluvial, un folleto informativo que te entregan al comienzo de la aventura con toda la información necesaria para el crucero. Los atraques y desatraques a estas alturas eran ya… ¡pan comido para nosotros!

Ya solo nos quedaba la vuelta. La disfrutamos a cada milla. El clima volvió a estar de nuestro lado. En la cubierta, con los rayos de sol calentando en pleno otoño, disfrutaba cada cual a su gusto: lectura, tomar el sol, preparar la comida, charlas improvisadas.

Antes de entregar el barco, con pena, sólo quedaba el último trabajo en equipo. El barco sin carnet, como si de un coche o autocaravana de alquiler se tratara, también hay que dejarlo limpio a la entrega. Como marineros experimentados sacamos brillo a la cubierta y atracamos en el puerto. Cambiamos el clásico cigarro en el pantalán por un brindis con champagne frente a la Torre Eiffel antes de la vuelta. Dicen que allí se pueden pedir deseos que se cumplen. ¡Nosotros queremos volver pronto a navegar por los canales de Europa con nuestro crucero low cost!

¿Qué te ha parecido nuestro post sobre los cruceros fluviales por Francia? ¿Alguna duda? ¿Incluirías algo más para este viaje? ¡Cuéntanos! Estamos deseando leer tus consultas, propuestas y experiencias. ¡Deja tu comentario más abajo!


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3 comentarios en «Cómo navegar en barco sin carné: cruceros fluviales por Europa»

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