Ruta por el sudeste mexicano I: desde Puebla para visitar Chichén Itzá

Después de nuestra estancia en Ciudad de México, seguimos nuestra aventura por el país mexicano poniendo rumbo a las playas del Caribe. Pero no nos podemos olvidar de todo lo que hay que ver por el camino. Así comienza nuestro viaje por el sudeste mexicano (primera parte). Las rutas posibles son varias, tanto en dirección Riviera Maya como a la inversa. Nuestra propuesta, para llegar en 5-6 días sin perdernos nada imprescindible y no morir en el intento fue: Puebla, Veracruz, Mérida, Valladolid y visitar Chichén Itzá.

Cómo llegar de Puebla para visitar Chichén Itzá

En un viaje low cost por Latinoamérica, donde las compañías de avión de bajo coste todavía son escasas (aunque poco a poco van creciendo y aquí puedes encontrar algunas opciones de vuelos baratos), nuestro modo de desplazamiento es el autobús.

Las distancias son enormes, pero el servicio y las carreteras ayudan en el camino. En esta maravillosa web podrás encontrar todos los horarios y destinos para moverse por el sudeste mexicano sin problema alguno. Lo único que hace falta, ya que los trayectos son largos en su mayoría, es paciencia y estar dispuesto.

Primera parada: Puebla  

En Puebla puedes estar varias horas, pero también semanas. Sin duda, esta ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO es una de las más hermosas del país. Puebla es también la capital regional del sudeste mexicano, extiende su influencia hasta la península del Yucatán.

¿Qué ver en Puebla México?

Esta ciudad es conocida por la riqueza de su patrimonio arquitectónico de estilo colonial., principalmente en el centro histórico de Puebla. Una de sus peculiaridades es la loza policromada que adorna varios de sus edificios más antiguos.

Para llegar al centro desde la terminal de autobuses (que tiene consigna) tan solo hay que tomar un “colectivo” por 6 pesos que te deja en la Plaza Mayor. Su toque rural y criollo, presidido por el Zócalo con la imponente Catedral de Puebla en uno de sus laterales, es una de las imágenes de México.

No te olvides de la Casa de la Cultura donde se aloja la Biblioteca Palafoxiana con más 43.000 obras mexicanas muy relevantes, el Callejón de los Sapos donde se encuentra todo tipo de antigüedades (y la Plazuela de los Sapos), el Barrio de los Artistas (un atractivo rincón donde hay talleres de los pintores y artistas que trabajan a la vista del público), el Templo de San Francisco donde se encuentra el cuerpo momificado del santo, los Fuertes de Loreto y Guadalupe (aquí Ignacio Zaragoza, ayudado por un grupo de indígenas, logró vencer al ejército francés), el Templo Santo Domingo y la Capilla del Rosario, el Museo del Amparo para conocer el arte prehispánico, el Museo Regional donde se narra la historia de la ciudad, el Museo de Arte Religioso, el Palacio Municipal y la Estrella de Puebla (es una noria de observación).

La ciudad está rodeada por tres volcanes que se pueden ver con frecuencia nevados: el Popocatépetl, el Iztaccihuatl y la Malinche. Si lo deseas, puedes realizar una excursión por Puebla y, explorar Cholula, y conocer dos de los tres volcanes.

Además por los alrededores puedes hacer una ruta por los llamados pueblos mágicos de Puebla. En total son nueve: Chignahuapan, Cholula, Cuetzalan, Pahuatlán, Tlatlauquitepec, Xicotepec, Zacatlán, Atlixco y Huauchinango.

¿Cómo llegar a Puebla?

Nosotros inauguramos nuestra ruta por el sudeste mexicano desde Ciudad de México, en concreto, en la Estación TAPO desde donde parten los buses hacía Puebla (120 pesos, 2 horas con AV).

¿Qué comer en Puebla?

Otros de los activos más importantes de esta ciudad es la gastronomía; de aquí es típico uno de los platos más famosos de México, el Mole Poblano. Este “platillo” nacional se creó aquí.

Tal vez nuestros restaurantes tex mex occidentales no lo coloquen en sus cartas pero, este delicioso plato bien merece ser probado. No es fácil su elaboración, ya que está compuesto por más de 20 ingredientes entre los que destaca el chocolate, el plátano y sus variedades de chile, y suele servirse con pollo. Aquí te dejamos la receta del mole por si te animas a prepararlo en casa.

Por supuesto, durante nuestra estancia en Puebla lo probamos y, como aperitivo, unos chapulines, pequeños saltamontes aderezados con lima, que estaban deliciosos (y crujientes) y que en México se comen y venden como nuestras pipas. JP fue valiente, MJ no.

Los encontrarás por todos lados, pero sobre todo por el Callejón de los Sapos. En este barrio acércate a La Pasita para probar uno de los tragos más típicos y no muy lejos está la placa dedicada a John Lennon.

Si tienes tiempo debes ir al ex Convento de Santa para conocer de cerca, y probar, la gastronomía que mezcla los ingredientes nativos con los traídos de Europa.

¿Dónde dormir en Puebla?

Nosotros estuvimos solo de día en Puebla, porque dormíamos en Veracruz, pero te puedes alojar en el céntrico Ikonik Hotel Puebla. Está a menos de 300 metros del parque San Francisco y a 250 metros del mercado artesanal de El Parian. Y cuenta con muchísimas buenas recomendaciones.

Segunda parada: Veracruz 

Nuestra siguiente parada por la ruta del sudeste mexicano fue Veracruz. Allí nos esperaba Jimena de la Parra, una rutera que compartió Ruta Quetzal con JP en Panamá.

Veracruz destaca históricamente por haber sido fundada por Hernán Cortés, conquistador español, y su puerto, el Puerto de Veracruz, por ser el punto de partida de los españoles para conquistar Tenochtitlan, capital del imperio Mexica.

¿Qué ver en Veracruz México?

Nosotros paseamos por su hermoso centro patrimonial, visitando monumentos históricos, escuchando a los famosos mariachis por primera vez, caminamos por el malecón y nos sorprendimos, antes de dormir, con los clavadistas (saltadores), que pululan en este rincón a la caza de una moneda de los turistas, que tras lanzarlas al mar, consiguen rescatar de las profundidades sin trampa, ni cartón. ¡Mira el vídeo y verás!

Si tienes tiempo visita el Fuerte de San Juan de Ulúa, ubicado en una pequeña isla frente a Veracruz y ahí encontrarás el primer faro de México. El Fuerte de San Juan era importante también porque ahí mismo donde se guardaba todo el oro traído desde España, algo que sabían muy bien los piratas.

Tras varios ataques, invasiones y cambios en el poder, el fuerte se convirtió en una prisión. Muchos de los iniciadores de la Independencia y la Revolución mexicana fueron encarcelados aquí, como Benito Juárez (presidente de México de origen indígena). Antes solo se podía acceder por mar, ahora ya hay conexión terrestre. Es un buen punto para contemplar las costas del Golfo de México.

Y si buscas más experiencias, puedes visitar el Acuario de Veracruz. A nosotros no nos gustan los zoológicos ni los acuarios, para aquellos que sí, puedes visitar el de la ciudad, que según dicen es el más grande del país.

Todavía gracias a nuestros magníficos anfitriones veracruzanos nos quedarían más experiencias inolvidables. En la mañana nos juntamos con las primas de Jimena para desayunar, las mejores guías que nunca hubiéramos podido soñar: Patricia, directora de Turismo de Veracruz; Gabi, directora de la Fundación Veracruz-Ana, y Lore, también diplomada en turismo, y tomamos el coche para ir por los alrededores de la ciudad.

¿Qué ver en Antigua México?

Gracias a nuestras anfitrionas, tuvimos la suerte de conocer este rincón mágico, La Antigua, el pueblo por donde llegó Hernán Cortés a México y en el que todavía se mantiene la que fue su casa (llena de raíces de los árboles). La Antigua fue el primer pueblo de Latinoamérica que colonizaron los españoles a media hora de Veracruz.

Tras las obligadas fotos, visitamos la Fundación Veracruz-Ana que, con acierto, montó Ana de la Reguera, una de las actrices más prominentes del país, para ayudar a la reconstrucción del pueblo después del paso del devastador huracán Karl. ¡Chapó por ellos! Y por nuestras anfitrionas. Sin duda, Veracruz es un lugar para volver.

¿Cómo llegar a Veracruz?

Nosotros seguimos con nuestra ruta en autobús por el sudeste mexicano. En esta ocasión y antes de media tarde arrancamos desde Puebla para montarnos en el bus en dirección a Veracruz. El trayecto duró unas 7 horas y nos costó 288 pesos, unos 12 € al cambio. Elegimos, como no, los autobuses ADO para movernos.

¿Dónde comer en Veracruz?

Nuestras anfitrionas de Veracruz, nos llevaron nada más llegar al Café La Parroquia. Junto a su mamá y una de sus primas cenamos en uno de los emblemas de la ciudad con mucho sabor a tradición (no es sólo cafetería, se puede almorzar y cenar).

Esta cafetería, que data de 1808, tiene todo el sabor de la ciudad, de hecho dice una frase que “Ir a Veracruz y no pasar al Café de la Parroquia es como no haber ido a Veracruz”. Probamos su exquisito lechero -café con leche- que sirven primero con el café y después, tras llamar con el sonido de la cucharilla en el vaso al camarero, con la leche. Conocimos a su propietario, Fernando, con muchas raíces españolas.

¿Dónde dormir en Veracruz?

Nosotros para el alojamiento, tuvimos la suerte de poder quedarnos en casa de nuestras anfitrionas que tan bien se portaron con nosotros. Pero nos dijeron que el Gran Hotel Diligencias está bastante bien y en pleno centro. Ofrecen desayunos tipo buffet y traslados al aeropuerto. Si no está disponible o no te gusta, aquí tienes todas estas opciones de hoteles y hostels.

Tercera parada: Mérida 

A partir de aquí las propuestas son muchas para ir acercándose al Caribe. Puedes pararte en Villahermosa, Campeche o tirar sin parar hasta Mérida. Ésta última fue nuestra decisión.

Mérida fue una de las principales ciudades de la antigua provincia maya de Chacán. Los colonizadores la llamaron así porque las ruinas mayas les recordaban a las ruinas romanas de Mérida de España.

¿Qué ver en Mérida México?

La ciudad blanca, que así la conocen también, conserva el estilo colonial al igual que Puebla, principalmente en su Centro Histórico. Además, Mérida es una bonita capital cultural con su coqueta Plaza Central y sus calles formando cuadras perfectas.

En la capital de Yucatán no puedes pasar por alto la Catedral de San Idelfonso, el Paseo de Montejo (una avenida muy larga con casonas coloniales preciosas; destaca la Casa de Montejo construido por Francisco de Montejo -militar y explorador español que conquistó a Yucatán-), el Palacio Cantón (es un edificio de estilo neoclásico que acoge el Museo Regional y en él piezas de la cultura maya), el Palacio Municipal o el Palacio de Gobierno.

Y cuando hablamos de que la blanca Mérida es la capital cultural del sureste mexicano no nos quedamos cortos. Cuenta con hermosos teatros y espectáculos al aire libre, y un viaje hasta aquí no estaría completo si no visitas alguno de los museos de Mérida: Centro Cultural Olimpo, MACAY, Museo de Arte Popular Mérida, Museo de la Canción Yucateca, Museo del Ferrocarril, Museo de la Ciudad de Mérida, Pinacoteca “Juan Gamboa Guzmán”, Museo de la Indumentaria Mexicana, Museo de Antropología e Historia, Museo de Historia Natural o Gran Museo del Mundo Maya.

Si coincides en Navidad, no te pierdas el espectáculo de luz que suele suceder cada noche por el Centro Histórico y por el Paseo de Montejo.

Sirva Mérida, la otra Mérida, como centro de operaciones para visitar espectaculares cenotes (pozos enormes o cuevas subterráneas grandes cuyo techo se ha derrumbado dejando un agujero en la superficie -nuestro suelo- y en su parte inferior tiene agua dejando paso a piscinas naturales).

Los más famosos son los cenotes de Cuzamá, pero nosotros optamos por los de Homún, nada turísticos pero espectaculares, y a nuestro aire, nada de tours organizados. Nos ahorramos un dinerito (con el transporte y entradas a los cenotes pagamos en total 150 pesos cada uno (6,5€), mientras que las excursiones no bajan de los 500 pesos). Aquí, en el siguiente vídeo, estamos con nuestro chófer particular y que nos hizo de guía.

Cerca de Mérida se encuentra la Reserva de la Biosfera Ría Celestún, una de las regiones con mayor biodiversidad del Yucatán. Puedes disfrutar de un paseo en lancha junto a flamencos y garzas, en esta excursión.

¿Cómo llegar a Mérida?

Seguimos con nuestra ruta en bus, y esta vez por los pelos, ya que pillamos los dos últimos asientos del autocar. El trayecto de Veracruz a Mérida fue de 15 horas de viaje y nos costó 1028 pesos, lo que al cambio serían unos 44 euros. En esta ocasión, también optamos por los autobuses ADO.

¿Dónde comer en Mérida?

Para comer te recomendamos El Trapiche, un sitio casero, local y barato, donde podrás probar la auténtica comida yucateca. También Los Almendros, cerca del Parque La Mejorada. La sopa de lima, muy típica en la península del Yucatán; la cochinita pibil, plato muy extendido también en Europa; o el queso relleno, son tres de los platos más conocidos de la gastronomía autóctona.

De bebida, prueba el Xtabentún, el trago más famoso de la península de Yucatán a base del néctar de la flor del mismo nombre destilado.

¿Dónde dormir en Mérida?

En esta ciudad, lugar donde por primera vez en este viaje por México tuvimos que buscar alojamiento, no hay duda para los mochileros: Hostal Nómadas, uno de los mejores que hemos visitado nunca hasta el momento.

De todas maneras, ésta Mérida está llena de hostales y hotelitos baratos en los que podrás descansar y pasar las noches cómodamente.

Cuarta parada: Valladolid 

La siguiente parada técnica es en el pueblo de Valladolid, también la otra para nosotros como españoles. Esta población yucateca tiene una localización estratégica en la península de Yucatán. Desde aquí se pueden tomar muchos autobuses para ir a las zonas arqueológicas de Chichen-Itzá, Ek Balam, Tulum o Coba. Es la ciudad base para todo ello.

¿Qué ver en Valladolid México?

Fundada en 1543 por los españoles, se llamó así para rendir homenaje a la homónima ciudad de la Península Ibérica.

Esta ciudad se le conoce tradicionalmente como “La Capital del Oriente Maya”, justo título para una ciudad hermosa con edificaciones coloniales, como por ejemplo el Convento de San Bernardino de Siena (todos los días, excepto los lunes, se proyecta un espectáculo de luz y sonido en la fachada sobre la historia del edificio y de la ciudad a partir de las 21 horas) o la Catedral de San Servacio (se ve en la fachada el escudo del rey Felipe V, el primer rey Borbón, y tiene una sección de catacumbas con algunos nichos que datan del siglo XVIII).

Valladolid fue recientemente nombrada Pueblo Mágico (como en España los «Pueblos más bonitos», es decir, una localidad con atributos simbólicos, leyendas, historia, hechos trascendentes, cotidianidad,… que significan hoy día un gran oportunidad para el aprovechamiento turístico). Aquí la gente se caracteriza como en casi todo el estado de Yucatán por su hospitalidad y generosidad.

En Valladolid puedes conocer el famoso Parque Principal y el Palacio Municipal en el centro de la ciudad colonial, la pintoresca Calzada de los Frailes o la Casa de los Venados (museo privado de arte folclórico mexicano).

En Yucatán se encuentran la mayoría de los cenotes, por lo que en Valladolid también puedes darte unos refrescantes baños en el cenote Zací, cenote Xkekén o Dzinup y cenote Samula.

¿Cómo llegar a Valladolid?

Volvimos a tomar el autobús de Mérida a Valladolid (autobuses ADO). Estos autobuses salen con bastante frecuencia por lo que no hay problemas si te quedas sin plaza en alguno. El billete ronda los 200 pesos, unos 9 euros y el trayecto no alcanzó las 3 horas.

¿Dónde comer en Valladolid?

Uno de los sitios que probamos fue el MAQtacos, un local de lo más normal aunque roza la horteridad, pero la comida es típica y rica y está todo muy limpio.

¿Dónde dormir en Valladolid?

Para los mochileros una buena opción es el Hostel Mamacha: bien situado, limpio y con las zonas comunes prácticas, muy bien decoradas y buen rollo.

Quinta parada: Chichén Itzá 

Y por fin llegamos a la primera meta de nuestra ruta primera ruta por el sudeste mexicano: las ruinas de mayas Chichén Itzá. Desde que fueron nombradas Patrimonio de la Humanidad y una de las maravillas del mundo moderno son riadas de turistas las que diariamente se acercan a ver esta zona arqueológica. Imprescindibles para todo aquel que viaje a México y se aproxime a la península del Yucatán.

Esta antigua ciudad maya, todavía conserva los principales edificios de la época. Se puede observar la pirámide de Kukulcán (si aplaudes en uno de los extremos, el eco tiene un efecto sorprendente), el Templo de los Guerreros (se trata de una pirámide rodeada por hileras de columnas, «las mil columnas»), el Observatorio del Caracol, la cancha del Juego de Pelota (Pok Ta Pok), el Templo del Barbado, el Osario o el edificio de las Monjas. También puedes ver el Cenote Sagrado y el Tzompantli y la Plataforma de las Águilas y los Jaguares.

Uno de los días en los que las ruinas mayas de Chichen-Itzá son más visitadas es durante el solsticio de verano. Los mayas dominaban el conocimiento de los astros además de poseer altos conocimientos arquitectónicos. Tanto es así, que construyeron la pirámide de Kukulkán de forma que durante este día se pudiera proyectar una sombra de serpiente que bajase la escalinata principal. Todo un espectáculo, pero te aconsejamos no ir el mismo día del equinoccio, ya que la aglomeración puede ser tremenda. El día de antes o el día después, también puede verse.

Nos gustaron las ruinas, uno de los sitios arqueológicos más importantes de la civilización Maya, pero nos pareció caro (182 pesos, 8€, en 2014) para lo que veníamos pagando en nuestra vuelta al mundo y para el presupuesto de un mochilero, low cost. Por ese dinero, se puede dormir y comer un día en México. Además, el uso y abuso de los turistas resulta cansino y pesado. Pero todo sea eso por ver esta maravilla… se olvida. Y para descansar ya nos quedará el Caribe…

¿Cómo llegar a Chichén Itzá?

De Valladolid cogimos un bus para Chichén Itzá. En la parada de autobús hay consigna gratis para dejar el equipaje y después seguir rumbo al Caribe desde la parada de bus que hay en las mismas ruinas. En nuestro caso a Tulum (148 pesos, 2 horas con ADO), que te contaremos en el siguiente post.

Puedes llegar en coche de alquiler o autobús también mediante la autovía que conecta Cancún con Chichén Itzá, hecha expresamente para acceder al complejo.

La mayor parte de los visitantes no se aloja en las cercanías de Chichén Itzá sino en la costa de la Riviera Maya, entre Cancún y Playa del Carmen.

Mapa de México

Para que tengas de forma más visual nuestro recorrido, aquí te dejamos un mapa de la ruta por el sudeste mexicano, desde Puebla a Chichen-Itzá.

¿Qué te ha parecido nuestro post sobre la ruta desde Puebla para visitar Chichén Itzá? ¿Incluiríais algo más para este viaje? ¡Cuéntanos! Estamos deseando leer tus propuestas y experiencias. ¡Deja tu comentario más abajo!

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